La desactivación de los semáforos de la plaza de Castilla durante la mañana de ayer por cuestiones técnicas no impidió que uno de los puntos con más tráfico de la ciudad tuviese una circulación fluida, como demuestra la imagen superior. Sin embargo, fueron muchos los conductores que mostraron su extrañeza por la situación y pararon sus coches por miedo a ser cazados por el fotorrojo instalado de la zona.