Un avilesino de 76 años, el conocido como El Solitario avilesino, es también el autor de los dos atracos perpetrados en las oficinas de la Caja Rural de Ciudad Naranco y Fray Ceferino el 7 de diciembre y el 20 de octubre, respectivamente. Esa es la conclusión a la que ha llegado la Policía Nacional de Oviedo tras reactivar una investigación que se daba por perdida. La identificación mediante fotografías y los testimonios de los testigos permitió comprobar que el arrestado fue el mismo que perpetró de los dos robos con fuerza en los que sustrajo un total de 25.000 euros.

Fuentes policiales señalan que el apresado, Manuel Ángel Álvarez Riestra es "un viejo conocido" de los cuerpos de seguridad, pues cuenta con numerosos antecedentes tanto por atracos a sucursales de entidades bancarias como por otros hechos delictivos que las mismas fuentes no concretan. Igualmente, aseguran que la identificación del ladrón de la tercera edad fue posible tras comparar una foto actual con las imágenes captadas por los sistemas de vigilancia y las descripciones de los testigos.

Por otro lado, los agentes hicieron público que el atracador nació en el año 1941 por lo que supera con creces los 60 años que los testigos de ambos robos con fuerza calculaban que tendría por aquel entonces.

Además, la propia Policía desveló que el botín con el que se hizo entre los dos atracos perpetrados entre octubre y diciembre de 2016 fue de 25.000 euros. Hasta entonces se desconocía cuál era la cantidad que había robado, puesto que en ambos casos tanto la entidad como la Policía no llegaron a precisar en su día las cantidades con las que el hombre había huido sin dejar rastro.

El varón se encuentra actualmente en prisión preventiva y los agentes de Oviedo le imputan dos robos con violencia e intimidación que se sumarán a otras causas que tiene pendientes. En los dos atracos en oficinas ovetenses el detenido entró en las oficinas a cara descubierta y sin miedo a ser grabado por las cámaras de seguridad, justo antes de que estas echasen el cierren. En ambas ocasiones portaba un cuchillo y argumentó que "alguien le había exigido una cantidad de dinero" para justificar la sustracción por la fuerza de dinero a los empleados bancarios.