A largo de la vida atravesamos distintas situaciones que hacen que nos sintamos desesperanzados, ansiosos, temerosos... Hemos de poner en marcha todos nuestros recursos para superarlo. Con el tiempo, las cosas volverán a la normalidad y es posible que salgamos fortalecidos.
El problema comienza cuando este hecho se dilata en el tiempo, no disponemos de estrategias adecuadas o el entorno nos afectan negativamente. Entonces, resultará conveniente acudir a un especialista de la Psicología. Éste nos aportará una visión objetiva de nuestra situación, sin juzgar, ayudándonos a identificar errores, emociones, pensamientos distorsionantes, limitantes y a trabajar para gestionarlos y afrontarlos.
Nadie más que la persona que ha sufrido dolor emocional, del tipo que sea, sabe lo que esto significa, el sufrimiento tan intenso que éste supone. Atravesar por una situación así no es algo de lo que tengamos que avergonzarnos o sentirnos culpables, al igual que no lo hacemos con un dolor físico. Tampoco es que les ocurra a los más débiles, las personas más fuertes, más luchadoras, pueden pasar por ello después del profundo desgaste que esto les produce. Buscar ayuda es un muestra de coraje y valentía, ya que supone enfrentarnos a nuestros miedos y a nuestras propias resistencias al cambio.
Dejemos de lado los prejuicios que todavía asocian ir al psicólogo con locura, de este modo evitaremos mucho sufrimiento innecesario. Un pequeño empujón puede ponernos de nuevo en el camino.
