El acuerdo político para el presupuesto de 2018 está cercano, aunque todavía sin cerrar, y sigue tensando la relación entre los socios del tripartito, que ayer mismo ofrecieron diferentes versiones sobre las razones que han retrasado el pacto, al menos, hasta este lunes. Así, si el concejal de Economía, Rubén Rosón, achacó a mediodía esa demora a la ausencia de la edil de Infraestructuras, la socialista Ana Rivas, que se encuentra de viaje en Francia, pocas horas después tanto fuentes socialistas como de IU le replicaron que el apretón de manos definitivo en ningún caso se podía haber producido ayer, con independencia de la presencia o no de Rivas, dado que aún quedaba información por analizar. En todo caso, ninguna de las formaciones que integran el gobierno municipal pone en duda que la propuesta presupuestaria quedará consensuada en breve.

Según Rosón, una vez cerrada totalmente la negociación respecto a los epígrafes de gasto corriente, falta hacer lo propio con el relativo a las inversiones, que sumarán entre 14 y 15 millones de euros, según avanzó el edil de Economía. En esa cantidad no están incluidos los 10,3 millones que el Ayuntamiento ha conseguido de la Unión Europea (UE) para el bulevar de Santullano, ni tampoco los fondos propios que el Consistorio destina a una iniciativa cuyas obras podrían arrancar a finales del próximo año.

Entre las partidas más relevantes figuran las del polideportivo de Trubia, la reforma de la Losa o urbanizaciones en la Ronda Sur.

Esta tercera negociación presupuestaria del tripartito se ha caracterizado por una tensión más o menos soterrada en la que no han faltado reproches en público y en privado. Las diferencias entre los socios salieron a la luz pública hace una semana, cuando, en declaraciones a LA NUEVA ESPAÑA, Rubén Rosón reconoció la existencia de dificultades para llegar a un acuerdo sobre las cuentas de 2018. El edil de Somos no escondió su "sorpresa" por las reticencias tanto del PSOE como de IU a una propuesta inicial que, a su juicio, ya incluía "la mayor inversión social de la historia del concejo" y planteaba la creación de 600 empleos.

El que Rubén Rosón sacara a la luz esas diferencias no gustó nada a PSOE e IU. Además, también molestó a ambas formaciones que el edil de Economía advirtiera pocos días después de que si no alcanzaba un acuerdo con los socios, estaba dispuesto a presentar unilateralmente el anteproyecto presupuestario.

Tras las llamadas a la calma y a la unidad, fundamentalmente desde el ámbito de IU, la negociación presupuestaria ha continuado estos últimos días, centrada ya en el análisis de la documentación para perfilar el capítulo de inversiones. El acuerdo definitivo no parece complicado, pero sigue sin cerrarse. La reunión de este lunes podría ser la definitiva.