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La gran epidemia que llegó de Asia

En 1957, hace sesenta años, la gripe metió en cama a miles de ovetenses que padecieron un virus que obligó a cerrar colegios

Víctimas de la epidemia de la llamada gripe española.

El próximo otoño se cumplirán 100 años de la devastadora gripe de 1918 que asoló miles de hogares asturianos con una altísima tasa de mortalidad bautizada, por los enemigos tradicionales de España, como gripe española.

Cuatro décadas más tarde, en la segunda quincena de septiembre, llegaba a España otra gripe muy agresiva, aunque lejos de la de 1918, llamada "gripe asiática". La epidemia se había iniciado en febrero de 1957 en la provincia china de Kwichow y con su amplia capacidad de difusión afectó a casi todo el mundo.

A Europa y América llegó en septiembre, alcanzando su mayor virulencia entre el 15 del citado mes y 31 de octubre. Inicialmente causó bastante alarma y las autoridades sanitarias temían se repitiese la pandemia de 1918, aunque afortunadamente no se confirmaron los presagios.

En Asturias los primeros brotes se localizaron en Bimenes y Nava (por cierto, en Nava se detectó el primer caso de cólera en Asturias en 1836), a últimos del mes de septiembre. Días más tarde el doctor Gasset, a la sazón director de la Jefatura de Sanidad, informaba sobre la conveniencia de vacunarse, al tiempo que restaba importancia a la gravedad de la epidemia recomendando aspirina y cama para su tratamiento.

A falta de estadísticas de Sanidad sobre el impacto en Oviedo, comprobamos los registros de fallecidos en los juzgados y detectamos un fuerte incremento en la segunda quincena de octubre (61 afectados) frente a los 40 registrados en la primera. La fechas son coincidentes con la terrible pandemia de 1918.

Algunos médicos fueron más allá de recetar cama y aspirina y hubo quien recomendó el coñac, lo que originó que se agotaran las existencias del licor. Así ocurrió en la localidad de Alcalá La Real.

En el aspecto laboral la gripe tuvo un gran impacto y así grandes empresas madrileñas como Standart y Marconi tuvieron tal cantidad de trabajadores afectados por el virus que estuvieron a punto de colocar el cartel de cierre por gripe. Otro tanto ocurrió en unas conocidas galerías comerciales en las que las bajas llegaron a 400. Aquello parecía un parte de guerra.

Los centros escolares de Oviedo también sufrieron, como es lógico, el embate de la gripe y fueron muchos los colegios privados que echaron el cierre, no así los públicos.

El deporte también se vio muy afectado, llegando a suspenderse, nada menos, que ocho partidos de la quiniela. En Gerona el 29 de setiembre se suspende el partido Gerona-Oviedo por estar enfermos 17 jugadores del equipo gerundense. Días después varios jugadores del equipo azul contraían la enfermedad como Aloy, Falín, Marigil, Xirau y Sport. En Asturias ocurría idéntica situación y fueron decenas de partidos los que fueron aplazados y hasta el "divo" de opera Giuseppe Di Stéfano se vio obligado a suspender su actuación en Oviedo y Bilbao.

La virulencia y temprana epidemia descolocó a las autoridades sanitarias asturianas por su anticipación. Una de las cosas que sorprende es la escasa información en la prensa regional de su desarrollo si exceptuamos en el ámbito deportivo.

El 11 de octubre los servicios sanitarios de la "Obra 18 de Julio" anunciaban en la prensa a sus afiliados la campaña antigripal, habilitando para ello la segunda planta del edificio de los Sindicatos, en la plaza General Ordóñez. Los afectados por la epidemia sufrieron durante semanas sus consecuencias ya que el "trancazo" fue de órdago y de ello puede dar fe el autor de estas líneas, que estuvo en cama diez días con secuelas que duraron una semana más.

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