Tino Pertierra recorrió ayer en poco más de una hora toda una trayectoria vital de la que conserva como primer recuerdo una proyección de la película "Espartaco" en el colegio Corazón de María de Gijón. Aquel primer contacto con el cine, con el maestro intentando censurar con sus propias manos las escenas eróticas fue uno de sus primeros contactos con las artes. El periodista de LA NUEVA ESPAÑA descubriría la literatura después, también siendo niño, cuando la supresión de una película de la programación del entonces único canal de televisión por un partido de rugby entre Francia e Inglaterra le llevó a leer un "librito" de aventuras. El descubrimiento le supuso un flechazo con las palabras, del que habló ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA. Se trataba de una de las conferencias del ciclo "El otoño del Tigre", a cargo precisamente de quien fue ganador del premio Tigre Juan en 1996, con "Los seres queridos". A Pertierra lo acompañaron el profesor de literatura de la Universidad de Oviedo Eduardo San José y el directivo de Tribuna Ciudadana, organizadores del ciclo, Javier Gámez.

Aquel librito encontrado en la calle por el hermano de Pertierra no era una obra cualquiera. Se trataba de "Las aventuras de Tom Sawyer", de Mark Twain. Fue la palabra aventuras precisamente la que generó a Pertierra la mayor intriga y le animó a devorar las letras de la que ya era la séptima edición de la publicación. A partir de ahi vinieron mas lecturas como "Colmillo Blanco" de Jack London y su imaginación empezó a trabajar. "Empecé a escribir explosiones de fantasía", recordó el periodista sobre sus primeros textos.

Preguntado por los caminos que le llevaron al periodismo, aludió a la casualidad. Cuando cursaba 8º de EGB un profesor le abrió los ojos de que el periodismo era la mejor manera de ganarse la vida escribiendo. Desde entonces lo tuvo claro y, aunque intentó sin éxito estudiar Derecho por el riesgo que suponía marcharse a estudiar a Madrid, finalmente la familia decidió apostar por lo que sin duda era una vocación, respaldada por un gran talento.

De vuelta en Asturias se volcó con la profesión. "El periodismo ofrecía mejores historias que las que podía crear", apuntó sobre una vertiente que le brindó "satisfacción más instantánea" en forma de artículos y otros géneros como la entrevista que la que le dieron sus obras, abundantes en sus inicios. "En diez años publique diez novelas y ahora llevo diez sin publicar nada", dijo sobre una sequía reciente que achacó a "no querer remordimientos tras publicar durante una década con ligereza".

Se mostró especialmente crítico con el cine, especialmente a la hora de valorar la pérdida del juego con las palabras de séptimo arte. "Los mejores guionistas hacen series", dijo para justificar una respuesta previa de que el cine "juega menos con las palabras, pero la televisión no", poniendo como ejemplos de "obras de arte" varias de las series de éxito vigentes como "The Crown" o "Los Soprano" .

El profesor Eduardo San José quiso conocer los secretos de Pertierra a la hora de elaborar sus columnas periodísticas y se encontró con una respuesta bastante sorprendente. "Supone un 0,1% del tiempo que conlleva el trabajo en un periódico", declaró, explicando que todo parte de "una frase o una idea sobre la que después vas hilando el resto.

Del mismo modo, justificó su tendencia a escribir desde puntos de vista femeninos como una manera de explorar otras perspectivas. "Fue casualidad escribir desde el punto de vista femenino, pero me parecía más interesante", comentó el periodista.