"A todo el mundo le toca ser de un tiempo y de un país, pero lo que me prestaría de verdad sería ser un poeta del siglo XII, del XVII o del XVIII; dialogar con Petrarca o con Shakespeare y escapar de esta contemporaneidad en la que todo se diluye".

El escritor, periodista y traductor Xuan Bello, nacido en Paniceiros (Tineo) en 1965, clausuró ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA el III Ciclo de conferencias "El Otoño del Tigre", organizado por Tribuna Ciudadana al hilo del premio literario que convoca la asociación ovetense, declarada de utilidad pública.

Bello realizó un profundo alegato a favor de la literatura como cauce que permite encontrar la verdad interior y transmitir esas ideas profundas que nunca pierden vigencia. Opina Bello que ser contemporáneo, ser moderno "es una fatalidad". A su juicio, "en el mundo de la literatura el tiempo funciona de otra manera. No pasan las cosas como en la vida". En la suya siempre tuvo muy claro que quería hacer literatura en el asturiano que aprendió de niño en Paniceiros. "Tuve la libertad de conciencia, siendo muy nuevo, de escoger la llingua postergada y olvidada", señaló.

Y con esas palabras aprendidas de niño, Bello construye prosa y poesía, que es para él "la más alta forma de la política".

"Un poema es un cosa muy difícil de definir; un poema es útil porque a través de él podemos saber quién es otro. La poesía es la posibilidad de entender al otro", aseguró. "El laberinto del azar" fue el título de la charla, que se desarrolló en forma de diálogo, con Vicente Luque, profesor de Literatura, y la escritora Aída Falcón.

Ambos plantearon cuestiones al escritor. Falcón se detuvo especialmente en "Historia universal de Paniceiros", que recibió el premio "Ramón Gómez de la Serna" y se convirtió en uno de los libros más destacados por los críticos en el año 2003.

Bello dejó claro que, para él, "lo importante es lanzar mensajes realmente profundos y útiles".