Los empleados de la Sociedad Ovetense de Festejos (SOF), entidad que ha quedado desvinculada del Ayuntamiento desde el día 1, acudieron ayer a sus puestos de trabajo en la sede de la entidad con toda normalidad, al no estar de acuerdo con los despidos que les fueron notificados a mediados del mes pasado y que también deberían hacerse efectivos con el cambio de año. En concreto, fueron a trabajar y desempeñaron sus labores rutinarias de oficina cinco de los siete empleados afectados por el recorte, ya que un trabajador sigue con contrato y hay otros dos en disposición de jubilarse.
La decisión de acudir a trabajar fue consensuada por los empleados con sus asesores legales, al entender que es la mejor manera de defender sus derechos en el caso de que el conflicto laboral acabe en los tribunales, como parece cantado. Además, aseguran que lo que se les ha entregado es un preaviso de despido y que, desde entonces, no han tenido más noticias oficiales de la dirección de una sociedad que está presidida por el concejal de IU Roberto Sánchez Ramos (Rivi).
Sánchez Ramos ha relacionado los despidos en la SOF con la obligación de desvincular a la entidad del Ayuntamiento, lo que, a su juicio, solo deja capacidad económica para mantener a uno de sus ocho empleados. Varios informes alertan de que no es legal que el Consistorio encargue a esta sociedad todas las fiestas de la ciudad a través de un convenio que se ha ido renovando año a año durante dos décadas.
Los socios de la entidad decidieron en una muy politizada asamblea celebrada a mediados del mes pasado rechazar el plan de futuro presentado por el tripartito, cuyos pilares son una reforma de estatutos, dejar la plantilla con un trabajador y limitar la actividad de la entidad al Día de América y el reparto de bollos.
