La policía judicial de la Guardia Civil investiga a estas horas el asalto a un bar de San Claudio, en Oviedo, que apareció esta mañana con la cristalera de la puerta reventada y todo indica que podría tratarse de un intento de robo, a pesar de que el establecimiento lleva más de dos meses cerrado.

Fue un vecino el que dio la voz de alarma a las 7.05 horas. Desde entonces la Guardia Civil puso en marcha las pesquisas y de momento lo único seguro son los importantes daños causados en el local, cuya cuantía podría superar los mil euros. La peor parte se la llevó la máquina tragaperras. Los ladrones reventaron la caja, pero esta no contenía ni un euro al estar el local cerrado durante el último mes y pagaron su enfado generando más destrozos en la misma.

Se trata del tercer episodio de estas características en el bar "Xatu Culón" desde 2016. Hace menos de dos años hubo un asalto en el que los cacos se llevaron más de 6.000 euros entre dinero en metálico y productos como jamones o licores. El año pasado los delincuentes volvieron a acceder, pero sólo se llevaron la caja de la máquina tragaperras. En esta ocasión, el objetivo era el mismo, pero los cacos se marcharon de vacío.

El propietario reconoce no estar sorprendido por lo sucedido. Sostiene que la delincuencia es creciente en la zona y existen establecimientos peor parados. "Hay bares por aquí a los que ya entraron más de diez veces", indica Jesús Álvarez, titular del bar que planea reabrir próximamente, al mismo tiempo que alaba el papel de la Guardia Civil. "Su labor es exquisita, pero no se puede estar a todas horas en la puerta de todas las casas", defiende el afectado.

El suceso se suma a otros recientes que inquietan al vecindario. Es el caso del intento atraco a la sucursal del Banco Sabadell en la localidad producido el pasado 19 de diciembre. En aquella ocasión un hombre de unos 30 años entró en la oficina pidiendo dinero. "Ya sabéis como funciona esto, venga, dadme la pasta", espetó a los trabajadores. El hombre no portaba ningún arma y decidió huir por un parque cercano cuando los empleados del banco le dijeron que el sistema de retardo de las cajas le obligaría a esperar un largo rato para tener acceso al dinero. “Esto cada vez está peor”, lamentan los vecinos.