El hombre acusado de dar patadas en el vientre a su pareja embarazada para provocarle un aborto y de agredir a la madre de esta aceptó ayer una condena de 90 días de trabajo para la comunidad y sendas órdenes de alejamiento en un juicio rápido del Juzgado de la Violencia sobre la mujer de Oviedo. Las agredidas declinaron denunciar los hechos sucedidos la noche del miércoles en su vivienda de la calle Ramiro I y someterse a reconocimientos médicos para probar sus lesiones, a pesar de que la suegra fue quien narró a los agentes de la Policía Local lo ocurrido, cuando llegaron a la casa tras la llamada de una vecina.

En el momento de su detención, el hombre amenazó con avisar a su familia para que matase a las dos mujeres si es que terminaba en la cárcel. Las advertencias parecieron surtir efecto. Su mujer ya había pedido a los policías que abandonasen la vivienda cuando la hallaron herida a la entrada. Ella misma incluso siguió al coche policial pidiendo la libertad de su supuesto agresor cuando este era trasladado a la comisaría de la Policía Nacional.

Finalmente, tanto la mujer como la suegra rechazaron prestar declaración y formalizar denuncia alguna. Aun así, la Policía Nacional puso al acusado a disposición judicial, haciéndose cargo del caso el Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Oviedo. La negativa a ser sometidas a controles médicos impidió corroborar si la mujer estaba embarazada, como advirtió su progenitora en un primer momento a los policías. Sin embargo, las dos agredidas sí que solicitaron a la jueza medidas de protección.

Al acusado se le imputó un delito de maltrato y otro de amenazas. Tras un acuerdo con la Fiscalía se celebró un juicio rápido y aceptó 40 días de trabajos para la comunidad por el delito de maltrato y otros 50 por el delito de amenazas. La condena propuesta por el Ministerio Fiscal incluye 32 meses de prohibición de cualquier tipo de comunicación y alejamiento en un radio de 200 metros de la esposa. En el caso de la suegra, el condenado deberá de respetar una orden de alejamiento durante 16 meses.

La voz de alarma de lo que ocurría en el número 5 de la calle Ramiro I la dio una vecina a las nueve de la noche del pasado miércoles. La mujer alertó a la Policía Local de que un hombre estaba golpeando en la cabeza con un plato a dos mujeres en el interior de su vivienda. Entonces, los efectivos policiales se desplazaron hasta el domicilio y allí se encontraron primero a la esposa herida, luego a la suegra y finalmente al acusado, tumbado tranquilamente en el sofá. El varón, de 39 años, no se resistió a ser detenido, pero aprovechó su despedida para amenazar a las lesionadas. "Si voy a la cárcel os mandará a mi familia y os van a matar", clamó el detenido en un intento por coaccionar a las mujeres a la hora de plantearse un proceso judicial.