"En una economía débil lo razonable es que los lujos sean pagados por sus beneficiarios. Así parece empezar a entenderlo el Ayuntamiento respecto a la ópera: por lo pronto, la próxima temporada ha sido sacada a concurso entre empresarios nacionales y extranjeros y el Ayuntamiento ha limitado su aportación a un millón de pesetas. Pero como el Ayuntamiento no tiene ninguna confianza en la concurrencia de concursantes, ha improvisado una solución urgente, y constituyó una comisión integrada por un grupo de aficionados para que cuide la continuidad de la temporada".