Entre ovaciones, con parte del público en pie y después de haber tenido que salir cuatro veces a escena a saludar. Así se despidió ayer el Campoamor de la Akram Khan Company al despertarse del sueño en el que estuvo sumergido durante la hora que duró su espectáculo. La compañía británica, con un elenco tan internacional y mestizo como su coreografía, inauguró ayer por todo lo alto el Festival de Danza de Oviedo, con el teatro lleno hasta la bandera y un éxito rotundo de "Until the Lions", la coreografía en la que Khan traslada a la danza una de las historias más populares del Mahabharata, la epopeya fundacional de la India.

Antes de que se apagaran las luces y todos los asistentes hubieran ocupado su sitio, sin que la mayoría se hubiera dado cuenta de ello, la danza ya había comenzado. El bailarín Joy Alpuerto, uno de los tres protagonistas, se deslizaba agazapado y en círculos por el escenario, en medio de un espacio orgánico y denso. Los bailarines danzaron sobre un gran tablado redondo, que ocupaba la mayor parte del escenario y del que bajaban de tanto en tanto, llevando la acción a un plano paralelo. En los márgenes de ese mundo se mantenían los músicos y los cantantes, que acompañaron en directo todo el ballet.

El lirismo de Akram Khan, uno de los coreógrafos más reputados del mundo, se desplegó ayer con intensidad en el Campoamor, que acabó envuelto en una leve neblina que se escapaba del escenario. A los pasajes mas vitales y enérgicos les sucedían otros absolutamente poéticos, con los protagonistas como deslizándose en un sueño.

Rianto y Joy Alpuerto Ritter compartieron escena con Ching Ying Chien, la bailarina que interpreta a la princesa Amba, raptada el día de su boda y que busca venganza, y que acaba transformada en un guerrero para cumplir su destino. En el año 2016 Ching Ying Chien ganó el Premio Nacional de Danza del Reino Unido en el año 2016.

En el Mahabharata los personajes evolucionan y se transforman y lo mismo ha hecho con ellos Akram Khan en su versión coreográfica, hasta conducirlos poco a poco, con la emoción en ascenso, a un desenlace apoteósico. Para conseguirlo y para mantener atrapado al público en las peripecias de los personajes y en su mundo interior, Akram Kham recurre al kathak, una danza clásica de la India, que se acompaña con una guitarra española, lo que le da cierto aire flamenco, y a la danza contemporánea. Lo logra también con la música, con una percusión contundente, acompasa la acción y que confiere intensidad a los momentos más dramáticos. Son cuatro los artistas que se ocupan de la música durante el espectáculo: los cantantes Sohini Alam y David Azurza, el percusionista Norman Jankowski y el músico Joseph Ashwin. La banda sonora de "Until the Lions" contiene zumbidos, sonidos guturales, fragmentos melódicos y alguna canción. La mayor parte del tiempo es inquietante y además de acompañar la danza contribuye a crear un ambiente determinado, que casi siempre es oscuro y atormentado.

La función está salpicada de elementos simbólicos, en medio de la oscuridad: un delicado haz de luz azul, un totem que pasa de mano en mano o las varas y los palos que se arrojan a los pies de los bailarines hacia el final de la función. A la construcción de la escena han contribuido el escritor Karthika Naïr, el artista plástico Tim Yip, el dramaturgo Ruth Little y el diseñador de iluminación Michael Hulls. Las luces son uno de los recursos más evidentes de la escenografía.

Antes de llegar a Oviedo el montaje de Khan, cuya compañía tiene como sede permanente el Sadler's Wells de Londres, ha recorrido medio mundo y ha recogido varios premios. Ayer, el público que lleno el teatro Campoamor en la apertura de la programación de danza de este año, le brindó un nuevo éxito.

La próxima cita del Festival es el 20 de abril, con el espectáculo flamenco "Sombras" de Sara Baras.