El coro del Monasterio de San Pelayo y el de la Fundación Princesa de Asturias dieron ayer una lección magistral con sus voces, revelando la prodigiosa evolución del lenguaje musical y sobrecogiendo al público con la espiritualidad de sus interpretaciones. El de ayer fue el primer concierto que ambas formaciones daban juntas y tuvo lugar en la iglesia del convento de la calle San Vicente, lleno de público. El concierto era gratuito y las invitaciones, que se repartieron el pasado sábado, se agotaron en media hora.

Ayer, entre los asistentes estuvo la directora de la Fundación Princesa de Asturias, Teresa Sanjurjo, y el viceconsejero de Cultura, Vicente Domínguez. Mañana, está previsto que acuda el alcalde de Oviedo, Wenceslao López.

Antes de empezar a cantar, la abadesa de las Pelayas, Rosario del Camino Fernández-Miranda, salió del coro, donde compartieron espacio todos los cantantes, y presentó el programa, poniendo a a auditorio al corriente de que primero escucharía la pieza gregoriana y luego las versiones de los mismos himnos litúrgicos de Semana Santa que siglos después compusieron Chaikovski, Bruckner, Duruflé, De Victoria, Casals y Mariano Viñas.

Uno de los momentos más emocionantes fue la interpretación de la abadesa en solitario de las Lamentaciones de Jeremías.

El concierto se repetirá mañana, a la misma hora y lugar.