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Triste suceso en Los Pilares

Una mujer que intentaba robar carbón de un tren murió aplastada entre dos vagones en un desgraciado accidente

Triste suceso en Los Pilares

Desde el mirador de mi casa de la calle Asturias veía y hasta fotografié lo que quedaba de Los Pilares, aquel acueducto que, según me contaba mi padre, se extendía por encima de las vías de la Renfe y, probablemente, por lo que después fue la calle de Cervantes.

Haciendo buen tiempo y estando de vacaciones, cruzaba con mi madre la pasarela de Viaducto Marquina y nos sentábamos en lo que generalmente llamábamos el "Prau San Pedro", con vistas a la estación del Norte y todas sus vías de maniobra, que tenían la finalidad de ir montando los trenes hacia diferentes lugares y estaciones.

Un día y con el fin de entretenernos en el modo en el que se formaban los trenes, entramos en la parte baja e izquierda de dicho "prau", al lado de los Pilares aún existentes. Allí veíamos las maniobras de las dos pequeñas máquinas de vapor, "Fresier" y "Ocasa" que iban colocando los vagones de mercancías por el orden que se les designaba.

Allá por los años 50 del siglo pasado eran frecuentes los vagones de carbón procedentes de nuestras cuencas mineras. Los vagones iban marcados con cal blanca, con el fin de controlar los posibles robos de carbón.

Por mucho control que intentasen tener los vigilantes Jurados de Renfe, la necesidad de muchas personas agudizaba el ingenio. Una persona subía al vagón y desde allí escogía el carbón no manchado de cal y se lo tiraba al que estaba debajo. Cada uno en su lugar, a la par que acaparaban el carbón cuidaban de que no llegase guarda alguno que les pillase.

Aquel triste día mi madre y yo estábamos situados muy cerca de dónde se llevaban a cabo aquellos robos. Los implicados vieron que se acercaban los vigilantes jurados, con lo cual pusieron "pies en polvorosa", con tan mala fortuna que la señora que estaba encima del vagón al bajar se colocó en mala postura y quedó pegada a un tope y después a otro tope de un nuevo vagón que se aproximó para engancharse. Aquella maniobra pilló a señora en medio de dos vagones. No les cuento cómo quedó su cuerpo. Fue una desagradable e impresionante muerte.

Mi madre no quiso volver más a aquella zona del "prau". Estábamos demasiado cerca de aquellos aconteceres tan tristes y luctuosos. Cuanto más lejos mejor.

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