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Las pioneras que conquistaron el laúd

La Universidad de Oviedo tuvo cinco estudiantinas formadas por mujeres, una de ellas la del Colegio Mayor Santo Tomás de Aquino, fundada en 1960 por Ángeles Monje

Tuna integrada por mujeres en el año 1905.

Si tenemos en cuenta que hasta finales del XIX, a las escolares españolas no se les brindó la oportunidad de realizar estudios superiores, se comprende que su integración en las actividades extraescolares universitarias tuvo que esperar todavía unas décadas más. La tuna, que tiene en la ronda su principal actividad musical, ha estado la mayoría de las veces en manos masculinas. No siempre.

A primeros del siglo XX existió en Asturias la Estudiantina Fémina, compuesta en su totalidad por señoritas que aunque no pertenecían a la Universidad de Oviedo, participaban, a su manera, del aire tunantesco de la época. Al frente de aquella agrupación de unas 16 componentes, se encontraba la señorita Montané, con quien la tuna actuó en la "Fiesta de la Raza" celebrada en el Centro Asturiano de La Habana, en Cuba.

El vestuario tunantesco se componía de capa, bicornio y gola, con la exhibición de un estandarte. En su repertorio y entre otras canciones, figuraba "La paderetera", del compositor gijonés Martínez Abades, artista más conocido como pintor de marinas, que escribió también cuplés, y obras de ambiente asturiano.

"Yo soy la panderetera mejor de Asturias/ como yo no se halla otra, de Oviedo a Trubia/. Con la pandereterita va la alegría, sin mí, estará siempre triste la romería .."/.

En lo que se refiere a la Universidad de Oviedo sabemos por el archivo familiar del maestro y virtuoso intérprete de música de pulso y púa, el ovetense Jesús González López (1901-1987), de la existencia de la Rondalla Femenina Universitaria organizada en Febrero de 1954.

Las actividades de esta agrupación se limitaron a conciertos benéficos en los centros culturales y sociales de la ciudad, sin que al parecer, tuviese una prolongada duración.

En 1960 se formó la Tuna Femenina del Colegio Mayor Universitario Santo Tomás de Aquino de Oviedo, que duró hasta 1962. Fue organizada en la sede colegial del mismo nombre, en la calle González Besada, por varias estudiantes, la mayoría de fuera de Asturias.

Una de ellas fue la leonesa Ángeles Monje Cantero, que estudió Magisterio en León y se trasladó a Gijón a casa de unos familiares para preparar el acceso a la Universidad de Oviedo.

Su primo Jesús Martín Cantero, también interprete de pulso y púa, había sido, primero, laudista de la Rondalla del Carmelo, de Gijón, en 1947; después, componente de la Tuna Universitaria de Oviedo y por último, de la Tuna de Peritos Industriales de Gijón (1961-1967).

La joven, encandilada con el laud, empezó con ilusión su aprendizaje. Ofrecía pequeños conciertos familiares, sola o acompañada por el maestro de la familia. En Oviedo, se hospedó en el Colegio Mayor Universitario Santo Tomás de Aquino, regentado por las madres Dominicas, para hacer la carrera de Filosofía y Letras. Por aquel entonces y hasta finales de la década de 1970, el distrito universitario de Oviedo comprendía también varios centros universitario s de la capital leonesa.

En el colegio mayor Ángeles Monje coincidió con varias aficionadas a la música, entre ellas una guitarrista y una violinista. Este trío fue la semilla a partir de la cual la estudiante leonesa pidió permiso a la dirección colegial para formar una tuna universitaria, que recibió el apoyo incondicional de parte de las madres Dominicas, así como del resto de las colegialas.

Tanto fue el entusiasmo despertado por aquella formación que, el propio colegio puso a disposición de las estudiantes, al maestro Jesús González López. Enseguida consiguieron acompasar un repertorio de sencillas canciones.

Debutaron en la sede del colegio, con motivo de las diferentes efemérides del curso escolar. El vestuario estaba compuesto por bombachos, casaca con gola y capa con cintas de colores.

La vida tunantesca ovetense continuaba de forma paralela a la existencia por aquellos años, de la Tuna Universitaria, la más antigua de la institución académica, presente al menos desde 1769 hasta la actualidad. La Tuna del Colegio Mayor San Gregorio pervivió de 1960 a 1975 y la del Colegio Mayor Valdés Salas entre 1960 y 196, con sede en el Colegio Mayor del mismo nombre, ubicado apenas a doscientos metros de las Dominicas.

La estudiantina del Valdés Salas era una de las más fieles rondadoras del colegio femenino, lo que incrementaba la afición tunantesca de las colegialas del Santo Tomás de Aquino que siguieron en secreto el aprendizaje del repertorio tunantesco, hasta que un día no aguantaron más las ganas de lanzarse a la fama.

Una noche de sábado, la citada estudiantina acudió como siempre a rondar a las residentes de las dominicas, quienes respondieron con el mismo entusiasmo de siempre a la serenata de media noche. Pues bien, de forma bien premeditada y ensayada, tras el último acorde de la estudiantina masculina, las colegialas desde sus mismas ventanas cogieron sus propios instrumentos y comenzaron a dar respuesta musical a la ronda.

La sorpresa y el entusiasmo de los tunantes fue enorme. Para agrandar más aún la noche, y previo acuerdo con la dirección de las madres Dominicas, el Colegio Santo Tomás de Aquino abrió sus puertas a la estudiantina masculina, con la que compartieron un espléndido ágape hasta la madrugada.

A partir del curso académico 1962-63, nuestra protagonista, la colegiala Ángeles Monje se trasladó a estudiar Pedagogía a la capital de España. La Tuna Femenina del Colegio Mayor Santo Tomás de Aquino continuó su actividad musical durante algunos años más.

En el año 1994 y durante ocho cursos académicos, también hemos sido testigos de la existencia de la Tuna de Magisterio de la Universidad de Oviedo, pero ésta ya es otra historia.

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