Las gaitas de la banda "La Laguna del Torollu" pusieron ayer voz a la historia del pop español, y fue voz porque el sonido de la gaita seguía la letra y no la música, que interpretaba una formación clásica del pop con guitarra, bajo, batería y teclados.

La idea era ésa, que la gaita fuese la voz y que el público acompañase en un gigantesco karaoke siguiendo las letras que se mostraban en la pantalla del fondo del escenario.

La noche del "Torollus pop" comenzó con "Mi gran noche", de Raphael, y ahí ya el público coreó el conocido estribillo. El periodista Alberto Toyos hizo un repaso de la música tradicional asturiana, y en especial de la gaita, para presentar los dos siguientes temas: "Chica de ayer", de "Nacha Pop", y "Déjame", de "Los Secretos". Sonó mejor la segunda, pero no por falta de pericia de los gaiteros, sino por el fraseo, más corto en la canción de "Nacha Pop" y más prolongado, y por tanto más ajustado a la gaita, en el clásico de "Los Secretos".

Fue un recorrido por "himnos" de la historia de la música en castellano, como apuntó el periodista Javier Blanco, otro de los presentadores junto a Jesús Moro.

El teatro Filarmónica, con una muy buena entrada, fue viajando por esas canciones eternas y coreando los estribillos de "Maquillaje", de "Mecano", o "Bailando", de Alaska.

Poco a poco se fueron acercando en el tiempo con las "Cien gaviotas" de "Duncan Dhu" y el "Sabor de amor" de "Danza Invisible".

El público aplaudió la audacia de los músicos, dirigidos por Iñaki Santianes, para convertir en notas de gaita los clásicos que todos conocían hasta acabar con dos de las más modernas, "Princesas", de "Pereza", y "Besos" de "El Canto del Loco".

Una noche de unión entre música popular y tradicional.