David Rocha estaba llamado a ser el centrocampista total del Oviedo en la última campaña. Sus buenas prestaciones en el sorprendente Nástic que acabó metiéndose en el play-off aseguraban la presencia de un futbolista con dotes para la construcción y las labores defensivas. Se fue después a la liga de fútbol de Estados Unidos y, de ahí, al Oviedo. Pero su aportación no ha alcanzado las expectativas esperadas. De un inicio como una de las piezas fundamentales en los esquemas de Hierro pasó a un segundo plano, relegado a la suplencia en las últimas semanas de competición, las que dejaron al Oviedo sin el play-off de ascenso.
Rocha fue uno de los primeros futbolistas en ser alabado públicamente por Fernando Hierro. Desde el primer día de pretemporada se vio que el técnico confiaba en él. Probó como pivote, como primera opción para encontrar un salida limpia de balón, y también en la banda. Hierro le adaptó varias veces a la derecha, como teórico interior pero con tendencia a meterse hacia dentro. Quería generar superioridad en el centro del campo con su presencia.
Tras superar una lesión, entró en el equipo a partir de la 5.ª jornada. Su primera vuelta fue notable: participó en 16 encuentros. En la segunda parte de la competición, su contribución bajó a los 14 partidos. Al final se vio en un segundo plano, con solo 125 minutos jugados en los últimos cinco duelos ligueros.
En total, David Rocha ha participado en 1.775 minutos con el Oviedo: ha sido el 11.º futbolista de la primera plantilla con más participación. La regularidad es la nota dominante ya que ha estado en 30 encuentros, 20 de ellos en el once inicial. Pero de esa treintena, solo ha disputado los 90 minutos en diez de ellos. De su contribución ofensiva también se esperaba algo más, ya que no ha sumado ningún gol ni asistencia (chutó en 28 ocasiones) aunque ayudó en las jugadas de estrategia.
Ahora, su posición en el equipo depende del entrenador que se haga cargo de la nave a partir del 10 de julio, cuando los futbolistas están citados para iniciar la pretemporada. Está en la misma situación que los otros 13 futbolistas con contrato más allá del 30 de junio.
Tiene otro año de vinculación con el club, firmó en su momento por dos años, pero su futuro en el equipo depende de lo decida el técnico que suceda a Hierro en el banquillo.
