Oviedo, Diana DÍAZ

Maximiano Valdés ha vivido una intensa semana. El pasado lunes, acompañado de la consejera de Cultura y de la gerente de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA), comunicaba su decisión de continuar al frente de la formación asturiana sólo tres años más. El viernes trasladaba a los medios de comunicación su emoción, como miembro del jurado, por haber logrado, al segundo intento, que las Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela se alzarán con el «Príncipe de Asturias» de las Artes. El maestro chileno cree que su decisión de abandonar la titularidad en la OSPA es meditada y positiva, tanto para su trayectoria profesional como para la de la propia formación. No quiere que se «abran vedas» ni que las próximas temporadas se vean eclipsadas por la elección de su sucesor. El trabajo de la orquesta en un ambiente de normalidad debe continuar y ése será el mejor clima para tomar decisiones. Quedan tres años para los cambios y entonces Valdés habrá dedicado a la OSPA dieciséis de su trayectoria profesional. Titular de la Sinfónica de Puerto Rico desde el pasado mes de marzo, su historial incluye titulaciones en las orquestas de Euskadi y de Búfalo, además de trabajos con otras formaciones, entre las que se hallan las orquestas inglesas y francesas de referencia.

-¿Por qué abandona la titularidad de la OSPA?

-El Gobierno asturiano me pidió que continuara mi labor al frente de la OSPA por este trienio y acepté. Siempre tuve la intención de quedarme en Asturias un ciclo de quince años, que se cumplirá en 2010. Llega el momento en el que quiero tener más tiempo para mí. Tengo, además, ofertas de orquestas europeas y americanas que debo aprovechar. Por otro lado, las instituciones necesitan renovarse con nuevas ideas. Y éste es el momento.

-¿Cómo han reaccionado los músicos?

-Mantengo una gran relación con los instrumentistas de la OSPA. Estoy seguro de que los próximos tres años serán como los anteriores, fruto del respeto recíproco y del compromiso por la música y la orquesta. Espero que transite todo hacia mi sucesor o sucesora, de la manera más eficaz y ordenada posible. Mi último año encargado de la orquesta haré menos semanas con la formación, que trabajará con diferentes directores invitados.

-¿Uno de esos directores será su sucesor?

-La selección de un nuevo director ha de ser planificada, para que las cosas salgan bien a partir del apoyo por parte de la orquesta y del público. Los músicos han de tener la oportunidad de trabajar con esa persona más de una vez. Éste es un procedimiento que se utiliza en otras grandes formaciones europeas.

-¿Por qué decidieron comunicar la noticia de su marcha ahora?

-Porque nos da ese tiempo y normalidad que se necesita para lograr una planificación. Yo tenía hablada mi decisión con el equipo de gobierno y músicos. Consideramos que sería mejor decirlo ahora, para seguir trabajando estos tres años con el mismo ímpetu de siempre. Y luego hacer las cosas con tiempo, dejando que la orquesta y la gerencia hablen, se cumplan acuerdos...

-La noticia parece haber eclipsado el programa de la próxima temporada.

-Es comprensible, pero quedan tres años por delante para seguir trabajando. Lo prioritario ahora es cubrir las ocho plazas que faltan en la orquesta. Luego, seguir adelante en la promoción de la música española, programando a autores como Marqués, Esplá o grabaciones de obras de Ramón Carnicer. La gira iberoamericana, por los 200 años de independencia de países como Chile, Argentina o México será otro plato fuerte de la temporada en el 2010.

-Y a partir de 2011, ¿Por qué vía ha de continuar la OSPA?

-Por la del compromiso con Asturias y consigo misma, para mostrar su trabajo en España y en el mundo. Las orquestas compiten hoy por mostrar sus habilidades en un mundo global y, lo que se espera de una orquesta, es que sea capaz de reflejar la manera de ser de sus componentes, que representan a su comunidad. La OSPA está en el centro de un terreno fértil, que permite que se desarrolle una vida musical para intérpretes y compositores. Y la gente ha de identificarse con ellos. Eso es también lo que, en estos años, hemos procurado hacer en la orquesta.

-La vida orquestal asturiana parece estar en un momento de cambios. Primero se anunciaron los de la Joven Orquesta del Principado (JOSPA), y ahora los de la formación profesional.

-Los cambios en la JOSPA son de la misma naturaleza que los de la OSPA. Los directores pasamos; luego llegan otros. Le deseo suerte a Manuel Paz y espero que estemos en contacto porque, para nosotros, la JOSPA es un proyecto importante. Nació bajo el paraguas de la Sinfónica y los músicos de la formación profesional siguen, como maestros, a los instrumentistas jóvenes. En gran medida, todo lo logrado por la JOSPA fue gracias al trabajo de Yuri Nasushkin, y se le debe un reconocimiento. Pero no veo que el de la Joven Orquesta tenga que ser un cambio traumático.

-Las Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela han logrado el «Príncipe» de las Artes y usted defendió su candidatura. ¿Se ha hecho justicia?

-Para mí ha sido un motivo de enorme emoción. Yo fui artífice de este movimiento, único en el mundo, desde el año 1977. Ha logrado un extraordinario nivel artístico realizando a la vez un trabajo social de una gran dimensión. La juventud venezolana, dirigida por el maestro Abreu, nos ha enseñado a todos cómo la música clásica es más que nunca un arte vivo que representa la búsqueda de un ideal cualitativo.

«Los músicos han de tener la oportunidad de trabajar con el nuevo director más de una vez antes de su nombramiento»

«Lo que se espera hoy de una orquesta es que sea capaz de reflejar la manera de ser de la comunidad a la que representa»

«Las Orquestas de Venezuela nos han enseñado a todos cómo la música clásica es, más que nunca, un arte vivo»