Oles (Villaviciosa)

Oles es la patria de Tomás Noval, el último minero azabachero de Asturias, a quien tuve la inmensa fortuna de conocer. Oles también es la «casa» de Begoña Gutiérrez, artesana del azabache, mujer inquieta y creativa, de sonrisa luminosa y enamorada hasta la médula de este pedazo de tierra verde que, desde la costa maliayesa, saluda cada mañana al Cantábrico. Desde varios años esta artesana del azabache trabaja con pasión esta resina fósil, similar al ámbar del que la diferencia su color negro; un carbón mineral que hace ya nada menos que 12.000 años fue utilizado por el hombre del Paleolítico para tallar sus dioses.

Las manos de Begoña Gutiérrez, que han sabido conjugar tradición y modernidad en sus trabajos, recomiendan a los viajeros «hacer la ruta del azabache, no sólo porque hay tramos con un paisaje excepcional, sino porque, además, enseña al viajero una parte muy importante de la nuestra historia». La ruta se inicia en Tazones, donde existe un panel explicativo, y finaliza ante una antigua mina azabachera, en Oles.

Esta artesana nos recuerda que tras ir ascendiendo por las estrechas calles del puerto, siguiendo la «ruta del azabache» (P. R. AS-199), existe un camino que conduce hasta el faro, lugar desde donde se pueden contemplar unas vistas espectaculares de la costa asturiana. Una vez allí hay que buscar los indicadores que llevan al pueblo de Villar. Aunque sencillo, éste es uno de los tramos donde es fácil despistarse, por lo que no que no hay que dudar en preguntar a los vecinos, generalmente siempre dispuestos a echar una mano a cuantos a veces nos salimos del sendero marcado.

Desde Villar sale un tramo que finalmente discurre cercano al mar y a veces entre arboleda, principalmente eucaliptos (estos acantilados son considerados por los expertos zona jurásica). Ya en la parroquia de Oles, la ruta termina en una boca de mina de azabache, en el área recreativa «la perea de los molinos», donde existe un panel explicativo sobre el origen y la explotación del azabache. La duración, entre dos y tres horas. La distancia, unos 5 o 6 kilómetros.

Hay que recordarles a los que quieran hacer una parada en el pueblo, tomar una pinta de vino y comprar un bote de detergente para la lavadora, que en la tienda bar Casa Fina serán amablemente atendidos por su dueña y si no quieren irse sin algún bello trabajo en azabache, Begoña Gutiérrez recibe a sus clientes, mientras trabaja, en su casa taller frente al mar. Un barín con encanto, sencillo y de buen yantar es, en Oles, Casa Mina, donde hacen por encargo, entre otras cosas, unas estupendas patatas con bugre. Finalmente, en el bar La Llosa, además de buen pescado, podrán conocer la historia de quien ha hecho historia en Oles: Tomás Noval Barredo, el último minero azabachero del Principado.