Madrid, Agencias

Dos millones de personas, según la organización; 1,2 millones, según la Comunidad de Madrid, y unas 250.000, según fuentes policiales, secundaron ayer la manifestación convocada por 42 asociaciones civiles en Madrid en favor de la vida y en contra de la reforma legal que impulsa el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero.

Entre los presentes figuraban más de medio centenar de representantes del Partido Popular, como el ex presidente del Gobierno José María Aznar; la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal; el eurodiputado Jaime Mayor Oreja; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre; y un concejal socialista sevillano, el segundo teniente de alcalde de Paradas, Joaquín Manuel Montero. Asistieron representantes de varias confesiones religiosas, pero ningún obispo. Estaba prevista la presencia de unos 2.000 asturianos.

Pasadas las cinco de la tarde, con 21 grados de temperatura en el centro de Madrid, los manifestantes comenzaron su marcha desde la Puerta del Sol con destino a la Puerta de Alcalá. El calor y la densa muchedumbre originaron más de medio centenar de atenciones sanitarias por mareos o bajadas de tensión.

Los participantes, tras dos pancartas con las leyendas «Cada vida importa» -portada por representantes de las 42 asociaciones convocantes, a cuya cabeza figuraba el presidente del Foro Español de la Familia (FEF), el asturiano Benigno Blanco- y «Mujeres contra el aborto» -que llevaban, entre otras, las periodistas Cristina López Schlichting, Isabel San Sebastián, Isabel Durán, María Pelayo y María López, fundadoras de la plataforma del mismo nombre-, tardaron una hora en llegar a la Puerta de Alcalá. Los asistentes llevaban carteles con las leyendas «Zapatero, tu madre dijo sí», «Mamá, tengo muchas ganas de abrazarte» -declaración que sale de la foto de un feto-, «Aborto, exterminio silencioso. Gobierno, culpable», «Aborto, el mayor genocidio, pero ningún gobierno de España lo ha querido impedir», «Luego diréis que somos cinco o seis» o «Paremos el Holocausto del siglo XXI». Los jóvenes y las chicas de 16 años eran los que más cantaban y gritaban: «Aborto no, aborto no; vida sí, vida sí» y «Tengo 16 y digo no».

Globos de helio amarillo elevaron la pancarta gigante con el lema «Cada vida importa» (de 60 por 20 metros). Asimismo, se repartieron los ya famosos «bebés Aído», muñecos que representan a un feto de 12 semanas. Desde la megafonía se animaba a hacer donativos de un euro enviando un mensaje de móvil al 7745 con la palabra «vida».

Las pancartas de cabecera llegaron sobre las seis de la tarde a la plaza de la Independencia. Tras tomar la palabra el periodista de Cadena 100 Javi Nieves, presentador del acto, se dirigió al público el actor Eduardo Verástegui, quien explicó el papel principal que tiene el hombre en la interrupción del embarazo. Entonces se celebró un acto en recuerdo de las víctimas del aborto. Mientras el silencio reinaba en la puerta de Alcalá, un violonchelo interpretaba Bach y 5.000 globos blancos volaron sobre las cabezas de los asistentes.

El manifiesto de la marcha fue leído entonces por las periodistas Cristina López Schlichting, Isabel Durán e Isabel San Sebastián, de la plataforma Mujeres Contra el Aborto. Las asociaciones convocantes, a las que se adhirieron otras 288 nacionales e internacionales, pidieron al Gobierno la retirada del proyecto de ley que establecerá el aborto libre las primeras 14 semanas del embarazo. Algunos manifestantes gritaron «¡Zapatero, dimisión!».

Pasadas las siete de la tarde, Benigno Blanco cerró el acto en nombre de todas las asociaciones convocantes pidiendo a los políticos que escuchen «el clamor de la calle» sobre la nueva ley del aborto. «El derecho a la vida es demasiado importante. Tenéis que protegerlo. Una sociedad sana y humana no puede convivir con una ley permisiva del aborto, ni con la actual ni con la anunciada ni con ninguna», dijo.