Oviedo, M. J. I.

La última década ha conocido un desarrollo sin precedentes en las políticas de protección patrimonial impulsadas por el Gobierno del Principado de Asturias, algo que ha tenido su reflejo presupuestario. Asturias se sitúa a la cabeza nacional en inversión per cápita en restauración, así como en porcentaje de los Presupuestos Regionales dedicados a la defensa del patrimonio cultural.

El año 2009 marca un referente en este ámbito, ya que es el ejercicio en el que más presupuesto se ha dedicado a medidas de defensa, conservación, restauración y puesta en valor de los bienes culturales asturianos.

Dentro de las políticas destinadas a mejorar la situación del patrimonio tienen un papel especial las diferentes líneas de subvenciones que la Consejería de Cultura y Turismo convoca cada año para involucrar a los ayuntamientos, a la Iglesia y a los particulares en la restauración de los bienes culturales de su propiedad. Así, en 2009 se han destinado 1,25 millones a estas ayudas, gracias a los cuales se han podido realizar 356 intervenciones de recuperación patrimonial.

El patrimonio etnográfico recibe un trato prioritario en las líneas de subvención del Gobierno asturiano. En el año 2009 se concedieron 400.000 euros para la restauración de hórreos, paneras, cabazos y molinos por parte de particulares, gracias a los cuales se ha podido intervenir en 241 elementos.

Las ayudas son un incentivo para la labor de los propietarios de estos elementos, que ven estimulado su interés por la conservación de unos bienes que, si bien en parte están perdiendo su funcionalidad original, se han convertido en símbolos de la identidad asturiana.

En la misma línea, el Principado ha destinado 100.000 euros a subvencionar labores de teitado de construcciones de cubierta vegetal de los concejos de Somiedo, Ibias y Teverga. Otras ayudas han permitido intervenir en la ferrería de Mazonovo, en Santa Eulalia de Oscos o en un molino de rabil de Teverga.

El patrimonio vinculado a la Iglesia es fundamental para entender la evolución del arte en Asturias. No es casual que una buena parte de las subvenciones de la Consejería de Cultura se destine a la restauración de bienes religiosos tanto por parte del Arzobispado de Oviedo como por ayuntamientos, particulares o colectivos vecinales.

En el año 2009 se han destinado 367.000 euros para la realización de 66 intervenciones en iglesias y capillas asturianas. Estas actuaciones están permitiendo realizar mejoras en edificios como la capillas de San Pelayo de Tineo, Santo Tomás de Priandi, en Nava, o en el santuario de Pendueños de Lena.

También se está interviniendo en otras iglesias, como las de San Pedro de Villayón, Andrín, en Llanes, San Juan de Casielles, en Ponga, o San Martín de Villamejín de Proaza.

Un apartado especialmente significativo de estas subvenciones se destina a la restauración de retablos o tallas. Una de las actuaciones más llamativas es la que se lleva a cabo en el retablo de San Antonio de la catedral de Oviedo, o en el de San Melchor del convento de los Dominicos, también en Oviedo.

Se han restaurado las tallas del retablo mayor de la iglesia de Godán (Salas), en la capilla de San Juan de El Llano, en San Tirso de Abres, así como diferentes retablos de la iglesia de Caleao, en Caso.

Las rehabilitaciones también abarcan pinturas murales de iglesias, como las de Luerces y Pronga, en Pravia, o las excepcionales representaciones de San Salvador de Moro (Ribadesella), del siglo XVI.

Las pinturas son visibles de nuevo, desde este año, gracias a los trabajos financiados a través de una inversión de más de 28.000 euros. Otras variantes patrimoniales también tienen su espacio en estas líneas de subvenciones, con ayudas de 383.000 euros.

Es el caso de palacios y casonas, como los de Cimadevilla, en Pola de Allande; Peñalba, Pambley y La Muriella, en Cangas del Narcea; el palacio de Villabona, en Llanera; el de Buelna, en Llanes, o los de Tamargo y Viado, en Las Regueras, que han sido objeto de mejoras de distinta índole.

Otros elementos, como puentes, lavaderos e incluso tramos de vías históricas, han contado también con ayudas para mejorar su estado de conservación.

En este tipo de actuaciones se incluyen la recuperación de los Caños de San Francisco, en Avilés, o la Fontanina de Piñera, en Cabranes, así como la fuente de Biamón de Ponga y puentes como los de Villamayor, en Piloña; Curriellos, en Tineo y Caranga (Proaza).

Oviedo

En un ejercicio especialmente marcado por la crisis, las subvenciones han contribuido a mantener activo a lo largo de 2009 al sector de profesionales y empresas asturianas vinculados con la restauración patrimonial. Se trata de un ámbito en constante crecimiento, que integra ya a decenas de artesanos carpinteros, arquitectos, aparejadores, restauradores de bienes muebles y de pinturas murales. En el apartado de patrimonio industrial se ha restaurado la antigua locomotora minera «Eleanore», de Arnao (Castrillón), elementos de la antigua mina de antracitas de Viñón, en Cabranes, y se ha mejorado el centro de interpretación del poblado minero de Bustiello, en Mieres.