Oviedo, Pablo ÁLVAREZ

Asturias forma parte del grupo de comunidades autónomas en las que las tasas de gripe tienden a estabilizarse después del pico máximo de incidencia registrado en la sexta semana del año en curso (del 6 al 12 de febrero). En el conjunto de España ha comenzado a observarse una evolución decreciente de la epidemia. Sólo en Baleares se verifica una onda en ascenso.

La tasa nacional de gripe se situó la semana pasada -la octava del año, última de la que existen datos oficiales- en 201,95 casos por cada 100.000 habitantes. Según el informe semanal del Instituto de Salud Carlos III, es la primera semana en la que se registra un descenso de la curva epidémica. En Asturias, ya en la semana anterior había producido una ligera caída de la incidencia. A lo largo de la presente temporada 2011-1012, al igual que en la precedente, las tasas de gripe del Principado han estado sensiblemente por encima de las del conjunto del país.

El informe del Instituto Carlos III pone de relieve que la epidemia de gripe ha venido este año muy retrasada con relación al invierno pasado. En concreto, el pico se ha registrado cinco semanas más tarde, ya que en 2011 la incidencia máxima se había producido en la primera semana del año en Asturias y en la segunda en el total de España.

En la totalidad de la geografía nacional se han contabilizado hasta la fecha 348 casos graves de gripe que han requerido hospitalización. De ellos, el 54 por ciento son varones. Cuatro de cada diez son personas mayores de 64 años, y tres de cada diez menores de 5 años.

Desde el inicio de la temporada 2011-2012, la Administración sanitaria tiene computadas 16 defunciones, distribuidas en cinco comunidades autónomas. Todos los casos de muerte de los que se dispone de información presentaban algún factor de riesgo de complicación de la enfermedad. Más de la mitad de estos enfermos habían recibido la vacuna antigripal.

En Asturias, la práctica totalidad de virus aislados son del tipo A/H3, y por tanto A/H3N2. Las tasas epidémicas están dándose en todas las edades, con mayor predominio en la poblaciones de edades comprendidas entre 1 y 4 años de edad, como es habitual, aunque con tasas mucho más elevadas que en años precedentes entre personas mayores de 64 años debido al cambio de virus predominante.