Una de las principales singularidades de los asturianos y asturianas es nuestro sentimiento de identidad, de pertenencia a una tierra, siempre exenta de cualquier tentativa de adanismo territorial o victimismo secular, y sustentada sobre los valores en los que hemos edificado nuestra historia, hoy viva en los retos que como sociedad y territorio Asturias tiene por delante. Valores que reconocen los premios "Princesa de Asturias", hoy patrimonio de todos los asturianos.

La ambición por alcanzar nuevos conocimientos y emprender nuevos retos, nuevas empresas colectivas, configura la idiosincrasia de nuestra tierra, que siempre se ha ligado a la búsqueda del progreso colectivo. Este espíritu de transformación nos ha situado en un doble camino -de ida y vuelta- a lo largo de nuestra historia, impulsando proyectos en nuestro territorio y partiendo con valentía hacia otros lugares, en los momentos difíciles, con la esperanza de una nueva vida. Y éste ha sido un aprendizaje que ha marcado nuestra personalidad como sociedad.

Hoy tenemos el reto de hacer de Asturias un territorio de liderazgo, con nuevos proyectos e inversiones como el Parque Científico Tecnológico Avilés "Isla de la Innovación", en el que tenemos puesta toda nuestra ilusión y grandes expectativas, que pretende convertir Avilés en nueva referencia industrial y tecnológica y es el origen de una nueva concepción industrial.

No sería posible sin el trabajo de investigación de muchas personas que trabajan en nuestras empresas y centros de I D. Un esfuerzo que los premios "Princesa de Asturias" reconocen cada año premiando los avances científicos destacados. Este año el reconocimiento ha sido para Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna por su revolución en la corrección de genes, fundamental para atajar muchas enfermedades.

Los premios también reconocen a aquellas personas que hacen de la creación artística un elemento de transformación y de despertar de conciencias. En ese ámbito destacan dos genialidades, Francis Ford Coppola y Leonardo Padura, que -desde realidades muy diferentes- despiertan el espíritu crítico en el corazón de sus respectivas sociedades.

Pero si con algo nos sentimos identificados los asturianos es con la justicia social como aspiración colectiva. Y nadie mejor para expresar ese compromiso que Esther Duflo y sus estudios sobre la pobreza para consolidar sociedades justas, sin exclusiones y en las que todas las personas puedan contribuir y ser partícipes del progreso global.

Ligado a nuestra aspiración y compromiso por la igualdad surge esa disposición constante por la cooperación que los asturianos hemos convertido en una forma de convivencia. Los premios "Princesa de Asturias" reconocen este año a la Orden Hospitalaria San Juan de Dios y el trabajo de cooperantes y voluntarios que luchan cada día por mejorar la calidad de vida de quienes sufren situaciones de conflicto y de guerra.

Hoy adquieren un especial significado cuando a las puertas de Europa miles de refugiados aspiran a un mundo en paz y en progreso. Avilés impulsa un plan de acogimiento que nos permitirá estar en disposición de ofrecer esperanza a aquella población refugiada que nos asigne el Gobierno de España.

Vivimos en un mundo interconectado, donde cualquier suceso tiene una repercusión global que nos exige corresponsabilidad. Cada día debemos tener presente la necesidad de establecer nuevos canales de cooperación, pero también de intercambio de conocimiento del que participen todas las personas. A esa labor contribuyen espacios como Wikipedia, que ha abierto una nueva forma de globalizar el conocimiento. Porque la comunicación, como canal de transmisión del conocimiento, es la base de la civilización y la mejor herramienta contra la violencia y el odio, tal y como afirma Emilio Lledó, uno de los pensadores y filósofos más importantes del momento.

Es necesario el ejemplo de personas que contribuyen con su esfuerzo a abrir nuevos caminos y que tienen la capacidad de contagiar a muchas más personas. Buen ejemplo de ello son los hermanos Gasol, Pau y Marc, que a través del baloncesto demuestran cómo gracias a la capacidad de superación y de liderazgo se puede aspirar al éxito en entornos altamente competitivos: nos hacen ver que, con esfuerzo, cualquier sueño puede convertirse en realidad.

Y Asturias hoy tiene el sueño de convertirse en ejemplo de territorio innovador, de edificar un futuro de plena igualdad y justicia social y de conseguir que todas las personas sean partícipes del progreso como sociedad. Esos son nuestros valores y a su fomento y proyección internacional contribuyen los premios "Princesa de Asturias".