Los premios "Princesa de Asturias" estrenan este año nombre para acomodar su denominación a la actual heredera de la Corona. Más allá de este hecho, han sido tantas las lecciones magistrales, los discursos valientes y comprometidos, las reflexiones lúcidas y los enriquecedores saberes que han avivado nuestro deseo de conocimiento que resultaría difícil elegir un momento o una persona que resuman la historia de sus 35 años de existencia.

Dejando a un lado tópicos, controversias y los siempre enriquecedores debates, lo que estos galardones han mostrado y siguen mostrando es que son un verdadero referente ético e intelectual en todo el mundo. Y que en su devenir han sabido adaptarse, edición tras edición, a las demandas e inquietudes de la sociedad actual y a los valores vigentes en un mundo tan cambiante, complejo y marcado por las incertidumbres como el que vivimos.

Cada otoño los premios traen a Asturias a personalidades de grandísima valía, intelectuales comprometidos, investigadores brillantes y mujeres y hombres de trayectorias ejemplares, que se afanan en la búsqueda de soluciones plurales a los problemas de nuestro tiempo. Son seres humanos que están cambiando el curso de la historia y nos recuerdan que aún podemos hacer algo para vivir en un mundo mejor y que, muchas veces, el mérito y el trabajo bien hecho obtienen reconocimiento. Porque somos lo que hacemos día a día y la excelencia no debe ser un acto sino un hábito.

Creados, según la Fundación Princesa de Asturias, para contribuir a "la exaltación y promoción de cuantos valores científicos, culturales y humanísticos son patrimonio universal", los premios son una reconocida marca de prestigio internacional para Asturias y para España, un bien cultural y ético. La propia UNESCO los ha declarado "un gran patrimonio cultural".

Sólo es posible avanzar cuando somos capaces de mirar lejos, más allá de lo inmediato. Eso es lo que nos permite pensar con la ambición del cambio y la visión de un futuro en común más justo. Lejos, muy lejos, mira Francis Ford Coppola, premio de las Artes, visionario cineasta que ha hecho suyo el concepto wagneriano de obra de arte total y a cuya atenta mirada nada escapa; o las innovadoras y decisivas contribuciones a la economía del desarrollo y al estudio de las políticas contra la pobreza de Esther Duflo, premio de Ciencias Sociales. Y también lo hace el filósofo, ensayista y académico Emilio Lledó, premio de Comunicación y Humanidades, que hace suya la razón ilustrada a través de un diálogo que impulsa la convivencia en libertad; o las revolucionarias investigaciones genéticas de Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna, premio de Investigación Científica y Técnica, que se afanan en reescribir el genoma y corregir genes defectuosos con un nivel de precisión sin precedentes.

Igualmente piensan y actúan en grande los hermanos Pau y Marc Gasol, premio de los Deportes, que han aunado los mayores éxitos deportivos con una ejemplar labor social; y la impecable exploración de la historia y sus modos literarios de contarla de Leonardo Padura, premio de las Letras. Ejemplo de esa grandeza de miras es también el proyecto de colaboración internacional, democrático, abierto y participativo de Wikipedia, premio de Cooperación Internacional, que ha logrado poner al alcance del mundo el conocimiento universal irrumpiendo el espíritu enciclopedista del siglo XVIII; o la nobleza de miras de la ejemplar labor asistencial desarrollada a lo largo de cinco siglos por la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, premio de la Concordia.

Más cerca geográficamente, Colombres recibe la distinción de Pueblo ejemplar de Asturias como homenaje a una sociedad civil que ha sabido conservar y enriquecer el legado de los emigrantes asturianos, reivindicando ese pasado que hizo de los indianos un elemento dinamizador de la cultura, la economía y la sociedad.

A través de estas líneas deseo expresar la felicitación y agradecimiento de la Junta General del Principado, institución que representa a todos los asturianos, a los premiados y a la Fundación Princesa de Asturias. Ellos nos ayudan, año tras año, a entender mejor el auténtico significado de palabras como solidaridad, justicia, valor, esfuerzo o generosidad y a conocer la obra de quienes con su trabajo engrandecen a la humanidad y la hacen mejor.