El inmenso agujero del sistema de pensiones del Vaticano que, en febrero de 2014, presentaba un déficit de entre 700 y 800 millones de euros; el elevado tren de vida de numerosos purpurados, con descuentos en tabaco y gasolina, además de vivir en lujosos y espaciosos apartamentos que sólo pagan -a un precio asequible- una vez que dejan de prestar sus servicios en la Iglesia, y el numeroso patrimonio inmobiliario tanto en Roma como en el resto de Italia, Suiza, Reino Unido y Francia, en direcciones prestigiosas como la parisina avenida de los Campos Elíseos o la londinense New Bond Street, son algunas de las revelaciones del libro "Via Crucis", de Gianluigi Nuzzi.

Esta obra y "Avarizia", de Emiliano Fittipaldi, que hoy saldrán a la venta en Italia, revelan irregularidades en las finanzas de la Santa Sede y la persistencia de privilegios, al tiempo que confirman la intención reformadora del Papa.

Su publicación sucede a las recientes detenciones por parte de la Gendarmería vaticana del sacerdote español Lucio Ángel Vallejo Balda, y de la italiana Francesca Chaouqui, acusados de sustraer y divulgar material secreto.

En relación a las donaciones de los fieles, Nuzzi presenta un documento que apunta a que, en 2012, 14,1 millones de euros fueron a parar a obras caritativas y 28,9 millones para gastos de la Curia. El portavoz oficial del Vaticano, Federico Lombardi, dijo ayer que la información sustraída de la Santa Sede y filtrada a los medios y a los libros "ya se conoce". Lombardi lamentó que con la difusión de este tipo de documentos no se reconozca el esfuerzo del Papa por la transparencia.