La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

JUAN CARLOS RUBIO | Director de "Páncreas", a escena el viernes en el Niemeyer

"El teatro es como un enfermo que nunca se va a morir"

"En 'Páncreas' se ha dado una conjunción perfecta de elementos, es un punto y aparte en mi carrera"

Juan Carlos Rubio. RICARDO SOLÍS

Juan Carlos Rubio dirige "Páncreas", la comedia en verso con texto de Patxo Tellería a la que darán vida el próximo viernes (20.30 horas) en el auditorio del Centro Niemeyer los actores Fernando Cayo, Alfonso Lara y José Pedro Carrión. Los límites de la amistad y las singularidades de la condición humana constituyen la trama de esta representación que cosecha ovaciones y buenas críticas por los escenarios del país. Pongámonos en situación: uno de los protagonistas necesita urgentemente un trasplante de páncreas, otro se plantea el suicidio y el tercero anima al segundo a que de ya el paso para donar el órgano a su amigo.

-¿Y usted, qué estaría dispuesto a hacer por un amigo?

-Sé lo qué no haría, darle mi páncreas (ríe), porque supondría que yo me moriría. La amistad es algo fundamental e intrínseco al ser humano, a los amigos los elegimos y ya sabe el dicho: "Dime con quien andas...". Haría casi todo, porque además he tenido la suerte de que muchos amigos han hecho grandes cosas por mí.

-¿Qué supone "Páncreas" en su carrera?

-Un acontecimiento. Realmente se han conjuntado muchos elementos, un texto magnífico, unos actores en estado de gracia, una producción maravillosa y una respuesta del público alucinante. En "Páncreas" se ha dado la conjunción perfecta. Es un punto y aparte.

-¿Y cómo se consigue que se alineen los astros sobre las tablas?

-Aparte del destino, que siempre juega un papel importante, se consigue a base de unir esfuerzo, trabajo y talento de las diferentes partes implicadas en el proyecto. Aquí se da el olfato de Concha Busto, un trabajo inmenso de Patxo (Tellería) como autor, una comedia en verso con unos textos tan tremendos que dan tanta risa... Y además, sin actores no hay teatro y aquí hay tres monstruos encima del escenario. El resultado es una ovación al final de cada representación.

-¿La mayor dificultad de esta obra está en el verso, o en hacer reír sobre algo tan poco dado al humor como la eutanasia o la muerte?

-Los tres actores lo hacen tan bien, han hecho tantas cosas en verso, que lo asumen como si fuera prosa. El lenguaje es muy coloquial, en cuanto transcurren tres minutos ya no suena extraño al oído, en absoluto. El proceso ha sido fácil, hemos ido caminando de la mano y aportando todos nuestro granito de arena. En cuanto estrenamos y vimos la reacción del público, nos dio mucho alimento. Hemos comprobado que la crítica y público están de acuerdo. Es una ovación al final.

-Empezó como guionista en televisión: "Farmacia de Guardia", "Pepa y Pepe"... ¿Qué aprendió de aquella etapa? ¿Volverá a televisión?

-La televisión me encanta. Llevo años muy metido en teatro como autor y director, y me he tenido que apartar por falta de tiempo. Pero me encanta y creo que volveré pronto. Me dio muchísimo oficio, no te puedes permitir una crisis creativa. La televisión es un medio apasionante y tiene un poder de comunicación inmediato.

-Y ahora, a la gran pantalla.

-Sí, tengo entre manos mi primer proyecto cinematográfico, "Las heridas del viento". Fue (la obra teatral, protagonizada por Kiti Manver y Daniel Muriel) un proyecto maravilloso que nos llevó por todo el mundo. Lo afronto con mucha alegría.

-Es un todoterreno, ¿pero en qué faceta se siente más cómodo?

-Soy un autor que antes fue actor y que ahora también dirige. Creo que la creación de un texto y de un guión, ese momento íntimo en que te enfrentas a tus fantasías y sueños, a concretar una realidad abstracta, es lo fundamental de mi trabajo y lo que más me gusta. También dirigir.

-El público asturiano es...

-He estado muchas veces en Asturias y ha sido un público estupendo. O he tenido suerte o es que realmente lo es. Es gente que va al teatro.

-Conoce bien el teatro Palacio Valdés.

-Allí despedimos "El pez gordo" (con Toni Cantó, Helio Pedregal y Bernabé Rico) y al día siguiente estrenamos "Razas". Una despedida y un estreno es algo poco común. Decir adiós y hola a dos espectáculos tan importantes fue muy emocionante.

-¿Cuál considera la joya de la corona de su carrera?

-Eso es muy difícil de responder, es como preguntar a un padre cuál es su hijo favorito. Pero respondo "Páncreas", estoy súper contento con todo lo que está ocurriendo, con el equipo, con la reacción maravillosa del público... Llevamos ya una gira extensa por España con gran éxito de crítica y público y volveremos a Madrid de nuevo, porque mucha gente se quedó sin verla.

-La salud del teatro es?

-Es como la de un enfermo que nunca se va a morir. Lo que sí es verdad es que no lo están poniendo nada fácil los poderes de este país, con ese IVA terrorífico, con esa falta de apoyo decidido a la cultura. Existen muchos inconvenientes para algo tan fundamental como es el desarrollo cultural de un país, que es nuestra identidad. El presente es complicado, pero muy interesante a la vez, con autores y directores nuevos. Estamos en un momento creativo muy fuerte.

-¿Un sueño por cumplir?

-La verdad es que el sueño más grande que tenía lo cumplo cada día. Me siento muy afortunado, en lo personal y lo profesional, poder vivir de un oficio tan maravilloso y complicado.

Compartir el artículo

stats