Inma Roiz, escritora, periodista y antropóloga vasca acaba de publicar la novela "Oro verde" (Editorial Ttarttalo), ambientada parcialmente en los años 40 y 50 en los Picos de Europa. Ésta es su segunda obra de ficción.

-"Oro verde" cuenta la historia de Roque, que nace en una aldea lebaniega de los Picos. ¿Es la historia de un paraíso perdido?

-Es la historia de un tiempo ya vivido. Y no fue precisamente un paraíso, más bien fueron años muy difíciles en los que la búsqueda de futuro, la mayor de las veces incierto, implicaba mucho esfuerzo, trabajos durísimos que se llevaban a cabo en condiciones muy precarias y vidas muy rudimentarias.

-¿Por qué eligió esta historia, qué fue lo que le atrajo?

-Porque mi padre fue uno de aquellos lebaniegos que con 14 años dejó su aldea en los Picos para ir a trabajar a los montes vascos, a talar madera, de sol a sol, viviendo en chabolas que ellos mismos construían con lo que tenían a mano, que no era mucho.

-Es su segunda obra. La primera novela se tituló "Manuela". ¿Qué diferencia hay entre ambas?

-Hay semejanzas y diferencias. "Manuela" cuenta la historia de los que se fueron a México en el siglo XVIII, y lo hace mostrando los dos mundos, el de la Nueva España, llena de oportunidades y color, y el de los que se quedaban aquí, en el caserío en torno al campo y la familia. En el caso de "Oro verde" también hay dos mundos y una emigración, esta vez por el norte peninsular, pero transcurre hace poco más de cincuenta años. Es la realidad que vivieron nuestros padres y nuestros abuelos.

-¿Cuáles son los temas que le preocupan?

-Me inquieta bastante que nos olvidemos de quienes somos, y esto sólo lo podemos saber conociendo de dónde venimos. Hay que tener memoria, hay que descubrirse en nuestros antepasados y tener muy presente la tierra a la que de una forma u otra pertenecemos.

-Usted es especialista en migraciones. La actualidad le está dando muchos temas. ¿Hemos olvidado los españoles que un día fuimos emigrantes y refugiados?

-Quizá no lo hayamos olvidado del todo, pero sí nos cuesta recordarlo. "Oro verde" habla de eso, de las personas que de manera forzosa se ven obligadas a dejar su casa, su entorno, su mundo para ir en busca de un futuro. Es lo que hicieron cientos de lebaniegos en los años 40 y 50, lo que se ha hecho a lo largo de la historia de la humanidad y que se seguirá haciendo.

-Con su proyecto en la web "Novélame" usted hace lo que decía García Márquez: "Me alquilo para contar". ¿Cómo le va?

-Es tal y como lo describe García Márquez, porque eso hacemos en "Novélame", escuchar a los protagonistas de sus propias vidas y narrarlas, escribir de una forma novelada sus biografías. El proyecto, que ha nacido hace pocos meses, está generando mucho interés que nos llega desde varios lugares, también desde Asturias y Galicia.

-¿Las vidas reales son más interesantes que las de ficción?

-Las vidas reales muchas veces superan la ficción y encima nos enseñan cosas sobre nosotros mismos. Cuando pienso en cómo vivían los serrones cántabros y asturianos en los montes vascos, bajo un techo de helecho y hoja de pino, que cosían como podían a cuatro tablas con una cuerda porque no tenían ni clavos, se despierta mi curiosidad y no dudo en que es algo sobre lo que se puede escribir y novelar.