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Debo, en Chatsworth

El fotógrafo de los famosos en el siglo XX Cecil Beaton retrató a Deborah Mitford en su castillo de Derbyshire, que exhibe las imágenes hasta enero

Deborah Mitford, con Chatsworth al fondo, en una fotografía hecha por Cecil Beaton en los jardines del castillo.

"Quizás el segundo peor crimen de la humanidad es el aburrimiento; el primero, ser aburrido". Lo decía Cecil Beaton y lo suscribía sin ninguna duda Deborah Mitford, la última duquesa de Devonshire, fallecida hará dos años en septiembre. "Never a bored" (nunca un aburrido o, coloquialmente, nunca un coñazo) era su lema y ahora el título de una exposición de fotografías realizadas por Beaton a Debo (así la llamaban sus irrepetibles y peculiares hermanas) y a sus amistades en el castillo de Chatsworth, que se convirtió en la residencia de la joven cuando su marido, Lord Andrew Cavendish, heredó el título de duque tras fallecer en 1944 su hermano. Por este viejo caserón del siglo XVI, una "country house" al más puro estilo del campo inglés que Debo se encargó de modernizar y abrir al público, y que se encuentra en Derbyshire (a unas tres horas en coche al norte de Londres), desfilaron un sinfín de personalidades del siglo XX: políticos, aristócratas y nobles, pintores, escritores, modelos... Todos disfrutaban con las ocurrencias de la original duquesa. Para la historia han quedado unas cuantas anécdotas de quien, pese a convertirse en una Cavendish en 1941 tras su boda, nunca dejó de ser una Mitford, y como tal se hizo famosa por sus peculiares costumbres, consideradas en la mayoría de las ocasiones excentricidades. Las gallinas eran, por ejemplo, una de sus pasiones (heredada de su madre; su hermana Pam se dedicó a criarlas), con permiso de Elvis Presley. Cuentan que en una ocasión el diseñador Óscar de la Renta fue invitado a Chatsworth y Debo quería impresionarlo. Para ello no se le ocurrió otra cosa que adornar las mesas con centros que eran urnas con gallinas vivas en su interior (otros cronistas hablan de pollitos). Durante la velada, por supuesto, de todo menos aburrida, los pobres animales murieron asfixiados. Ningún invitado reparó en ello. De la Renta es uno de los que sale en las fotografías expuestas en el castillo, procedentes del archivo de los Cavendish y de la galería Sotheby´s. El título de la muestra es idea de sus descendientes, que han querido así homenajear a su madre, pero también a su padre, fallecido muchos antes (la viudedad permitió a Debo irse a vivir a una pequeña vicaría dentro de los dominios del castillo y dedicarse a criar a sus gallinas, escuchar a Preysley y escribir sus memorias y libros de cocina). Andrew Cavendish no se quedaba corto tampoco en exhibir un humor al más puro estilo inglés, y entre sus gestos estaba por ejemplo ponerse un jersey con el lema "Nunca te cases con una Mitford".

A este universo creado por la pareja, siempre al tanto de la actualidad y que nunca pusieron filtros a sus invitados en Chatsworth, es posible acceder a través de la exposición de fotografías de Cecil Beaton, abierta hasta el próximo mes de enero. La entrada a la muestra va incluida en la del castillo, una gran pinacoteca con obras de destacados artistas de los seis últimos siglos, además de esculturas y dibujos antiguos. No falta alguna de Lucien Freud, quien pintó un retrato de Debo y un habitual de Chatsworth. La duquesa agradecía su amistad con huevos de sus gallinas, que le llevaba cuando iba de visita a Londres.

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