Cuando la cosa parecía que se ponía fea en Telecinco y las otras cadenas soñaban con hincarle el diente, llega "La Voz". El "talent" musical se estrenó el miércoles por todo lo alto con más de un 28% de la audiencia pendiente del televisor. Un éxito arrollador en un momento en el que "Gran Hermano" sigue a la baja.

Con la vuelta de Melendi como principal cebo, el programa ha presentado pocas novedades. Jesus Vázquez en capilla, acompañando a las familias, y los cuatro "coach" de espaldas a la arena y a los nerviosos aspirantes, habiendo cambiado el gesto de sus pulgares por un pulsador y una silla giratoria que ya casi se ha convertido en un icono.

Alejandro Sanz se ha erigido en el primer programa de audiciones a ciegas como el sol alrededor del que giran los planetas Malú, Melendi y Manuel Carrasco, sobre todo a la hora de conseguir gente para sus equipos. Si Alejandro Sanz se daba la vuelta, no importaba lo locuaz y amable que se mostrase Melendi o que nos contase como le gusta el cachopo, todos se iban con Alejandro. El resultado: todos acabaron con dos integrantes en sus equipos, menos Alejandro Sanz, que sumó seis. Sus caras lo decían todo. Por lo demás, el programa funciona dependiendo de lo que nos sorprendan las voces de los aspirantes o por lo extravagante que sea la versión que se han traído preparada de casa. Bueno, por eso y por la capacidad de aguante del público ante tanto "flamenquillo" queriendo impresionar a Malú con el arte "que le corre por las venas". En el otro lado, la química entre los cuatro "coach", el ambiente que hay en las disputas por los participantes y durante las esperas también hace mucho por el programa y ahí es donde mejor se desenvuelve Melendi. El asturiano ha devuelto un poco de vidilla al formato y ha conseguido meterse al público otra vez en el bolsillo.

Si hablamos de "Gran Hermano" la semana no ha ido tan bien. Con el viento a su favor, el programa decidió el jueves expulsar a Álvaro, el arquitecto sevillano que con su verborrea y supuestos chistes consiguió enfurecer a casi todos los sectores de la audiencia en dos semanas. En una buena jugada, el programa se marcaba un tanto con la audiencia y conseguía una entrevista en plató. ¿Y el expulsado? Ahí estaba el otro truco para intentar levantar los datos de audiencia. Habían montado una casa paralela con "grandes hermanos" de otras ediciones para aconsejar al expulsado en "la repesca". Pero que pasó, que la audiencia expulsó a Pablo, el joven gofrero que vive solo en Londres pero que no ha perdido ni una pizca de su acento gallego de Zamora. Sí, yo tampoco me lo explico. Al ver a Maite, Amor y María José Galera el joven puso pies en polvorosa y abandonó la casa con crisis de ansiedad incluida. No pudo pasar nada más, pero ni con esas, el programa volvió a perder audiencia. ¡Esto ya no lo levanta ni la Milá!

También el jueves, Chicote estrenaba con éxito en "La Sexta" un doble capítulo de "Pesadilla en la cocina". Esta vez en el restaurante de un barco, en el que se mareaban hasta las camareras y en un desastroso restaurante español en Utrecht. Pero ya sabemos que a él no se le resisten ni las dietas.

LO MÁS VISTO

"La Voz" estrena su cuarta edición en Telecinco con gran éxito. La primera de las audiciones a ciegas lidera la semana con un 28.7% y más de 3.5 millones de espectadores.

"Gran Hermano 17" vuelve a ser la segunda opción de la semana con un 19,2%, pero sigue perdiendo espectadores.

La serie de Antena 3 "Mar de plástico" mantiene el tercer lugar con un 17.4% de share, nuevo mínimo histórico.