Toma nota, soldado: "Entramos, salimos y luego ya pediremos disculpas".

El inesperado éxito comercial de El francotirador gracias a la inflamación patriótica que provocó la cinta de Clint Eastwood dio un barniz de cierto prestigio al ardor guerrero de los SEAL (acrónimo de "sea, air and land", por mar, aire y tierra, para entendernos), soldados entrenados a fondo para ser letales, no dejar a ningún camarada atrás y defender su bandera cueste lo que cueste. Lo habitual hasta entonces es que las andanzas de estas máquinas humanas de guerra sirvieran sólo para un cine de acción superficial de ver y tirar, tipo La Roca, Lágrimas del sol, Navy Seals, Alerta máxima, La teniente O'Neil y El único superviviente. Bueno, y Black Hawk derribado, que no estaba mal, al igual que La noche más oscura, relato más o menos oficial y poco complaciente de cómo se ejecutó a Bin Laden.

Six (visible en HBO) no es una serie precisamente crítica con la actividad profesional de sus personajes. Todo lo contrario. Son héroes, aunque a alguno de ellos se le vaya la pinza y mate a sangre fría a un enemigo que se ha rendido o corte la cabellera a los muertos. Walton Googins ("The shield") tiene una cara inquietante y el papel le va como gatillo al dedo. Parte de algunos hechos reales, como el secuestro de 2014 en una escuela infantil de Nigeria por el sanguinario grupo yihadista Boko Haram, colando en ese episodio a un ex SEAL al que sus camaradas quieren rescatar. Lo dicho, no se deja atrás a un compañero. Estamos ante "la guerra más larga de la historia de América" y "arreglaremos esto porque es lo que sabemos hacer". No hay muchos matices en el guión, cargado de lugares comunes sobre la vida castrense, los problemas domésticos con esposas e hijos, los rifirrafes uniformados y el dibujo tosco de los malos de la historia, entre los que no falta un cerebro terrorista de alto nivel que actúa por venganza y que se las sabe todas en asuntos del laberinto informático. Las escenas de acción son convencionales (salvo una tensa operación de sigilo en un barco), pero se agradece que no busque parecerse a un videojuego. No hay un especial regodeo en la violencia aunque advierto que en el segundo capítulo hay una escena gore a costa de un prisionero. Se nota la profesionalidad de Lesli Linka Glatter, directora que en los noventa sorprendió en la pantalla grande con un formidable melodrama, La promesa, y nombre habitual en los créditos de Homeland, The walking dead, Boss, True blood, Mad men... Piensen en cualquier serie importante de las últimas décadas y seguro que ha dirigido algún episodio.

Six no se caracteriza precisamente por su sutileza. Sus héroes son machos de cuerpo entero que derrochan testosterona, tienen la lengua como una cloaca y son unos racistas de libro. También unos perdedores en su vida privada, como suele ocurrir en este tipo de histerias. El tercer capítulo mejora bastante cuando Walton Goggins toma el mando de la trama y nos cuentan en un acertado ejercicio de elipsis silenciosas su fracaso con su pareja y su progresiva caída en los infiernos cual botella de cerveza vacía.