El politólogo y sociólogo italiano Giovanni Sartori, uno de los intelectuales contemporáneos más relevantes y un contundente defensor de la democracia occidente -cuya continuidad será "casi un milagro", decía-, falleció el lunes a consecuencia de complicaciones respiratorias a los 92 años de edad, según difundió ayer el diario italiano "Corriere della Sera", del que era columnista. Sartori fue premio "Príncipe de Asturias" de las Ciencias Sociales en 1995 por su teoría de la democracia y su "compromiso con las garantías y las libertades de la sociedad abierta".

Entonces alertó de los peligros del encarnizamiento fanático en los países del Islam, con cuyas teocracias fanáticas no veía diálogo posible y con los que, argumentaba, sólo cabe una "coexistencia pacífica". Sartori intervino el 21 de octubre de 2005 en el Teatro Campoamor de Oviedo, en la ceremonia de entrega de los "Príncipe". En el título de su discurso se preguntaba si la democracia era voluntad del pueblo o voluntad de Dios. Tras concluir que el factor religioso "y más concretamente el monoteísmo" hacía impermeables las identidades culturales, subrayaba que sólo la "rebelión de una sociedad laica", como ocurrió "en el mundo cristiano de 1600 en adelante", pudo "neutralizar y detener" este "sistema de dominio teocrático", aún vigente en el Islam. Y sentenciaba: "Mientras prevalece la voluntad de Dios, la democracia no penetra, ni en términos de exportación territorial, ni en términos de interiorización (donde quiera que el creyente se encuentre). Y el dilema entre voluntad del pueblo o voluntad de Dios es, y seguirá siendo -por robarle un título a Ortega y Gasset- el tema de nuestro tiempo".

Entre los motivos de la concesión del premio "Príncipe", por un jurado presidido por Manuel Fraga, figuraba que "el profesor Sartori ha reflexionado y alertado con particular agudeza sobre los problemas sociales e institucionales de nuestro tiempo y sobre el necesario equilibrio de los diversos poderes en las sociedades democráticas". La directora de la Fundación Princesa de Asturias, Teresa Sanjurjo, expresó ayer su "gran pesar" por el fallecimiento de Sartori, al que se refirió como uno de los pensadores europeos "más agudos e influyentes" de la segunda mitad del siglo XX.

Nacido en Florencia el 13 de mayo de 1924, Sartori era autor de numerosos libros sobre teorías de la democracia que han sido traducidos en diversas lenguas. Entre ellos destaca "Homo Videns. La sociedad teledirigida" (2002), una obra en la que el pensador italiano reflexionaba sobre el poder de la televisión en las sociedades modernas. Fue uno de sus trabajos de mayor difusión.

Shows absurdos

No tenía, precisamente, una visión optimista de los "jóvenes de la televisión". "El hombre que vive de las imágenes, es un desastre porque deja de asociarse y de participar en la vida política. Estamos obligados a conseguir que funcione mejor el sistema educativo y que la televisión sea capaz de ofrecer otras cosas que no sean programas de variedades y shows absurdos", declaraba en una entrevista con LA NUEVA ESPAÑA poco después de la concesión del galardón. Entonces, Sartori opinaba que salvar la democracia occidental "supondrá un gran esfuerzo, sobre todo con la paulatina pérdida de credibilidad de la clase política". No tenía pelos en la lengua: "Hemos creado un vehículo que funciona muy bien y del que, a la vez, somos esclavos, sobre todo porque ese coche que le decía tiene unos conductores pésimos".

En los años cincuenta entró como enseñante en la Universidad de Florencia y de ahí saltó, en los setenta, a Estados Unidos, donde primero enseñó en la Universidad de Stanford, en California, y después en la de Columbia, de Nueva York.

Pronto comenzó a ser considerado una de las personalidades de mayor prestigio internacional en el ámbito del Derecho Constitucional, tanto es así que en 2005 fue reconocido con el premio "Príncipe de Asturias" para las Ciencias Sociales. Diez años más tarde, en 2015, fue distinguido con el Premio FAES de la Libertad 2015, la fundación vinculada al PP de Aznar, por su "firme defensa de los valores de la libertad".