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ANTÓN CAPITEL | Arquitecto, dio una conferencia ayer en Oviedo

"Se desprecia la tradición moderna, que es lo mejor de la arquitectura"

"La edad de oro de la arquitectura asturiana fue innovadora, una época clara con fe en la modernidad, con fuerza y singularidad"

Antón Capitel, ayer, en el Museo de Bellas Artes de Asturias. MIKI LÓPEZ

Antón Capitel protagonizó ayer la conferencia en el Museo de Bellas Artes de Asturias dentro de las actividades vinculadas a la exposición "Una edad de oro: Arquitectura en Asturias 1950-1965". Capitel (Antonio González-Capitel, Cangas de Onís, 1947), que es doctor arquitecto y catedrático de la Escuela de la Universidad Politécnica de Madrid, atendió a LA NUEVA ESPAÑA y explicó, a grandes rasgos, el tiempo referido en la exposición y la evolución de la arquitectura desde entonces hasta ahora.

- ¿Visto lo de la exposición hay que decir que cualquier tiempo fue mejor?

-Una vez que pasaron los años 40 y que pasó ese empeño del régimen franquista por la arquitectura tradicionalista, que salió bastante mal, el despegue de la arquitectura moderna, representado aquí en la exposición y en el libro de Nanclares y Ruiz, que es de donde parte la muestra, fue una época muy interesante y singular. No es que cualquier tiempo pasado haya sido mejor, sino que en aquellos momentos en todo el mundo occidental se produjo una arquitectura relativamente semejante. El arranque definitivo y oficial de la arquitectura moderna es tras la Segunda Guerra Mundial.

- ¿Y cómo siguió?

-En los años 50 y la primera etapa de los sesenta, que es esta época representada aquí. Y en la segunda mitad de los sesenta se complican las cosas y hay una arquitectura menos nítida, que no quiere decir que fuera peor. Había menos coincidencia, más disidencias entre unas tendencias y otras, y también se produce un cierto cansancio de esta modernidad. En los 70 ya es de otro modo. Con la crisis del petróleo la construcción se va abajo, aparecen distintos modos de pensar, lo que hizo que estas décadas siguientes no fueran tan claras como fue esta década y media.

- ¿Menos modernas?

-Incluso también menos moderna a veces porque se cruzan algunas revisiones puesto que quieren incorporar cuestiones históricas que se habían eliminado. Es una época más ecléctica, más pastosa, menos clara que la que tenemos representada aquí. Las tendencias son más diversas, las mezclas más complicadas, las polémicas más intensas, y en cambio lo otro brilla, como ocurre en todas las partes del mundo occidental, pero que en Asturias tiene una fuerza y una singularidad muy notable e interesante.

- ¿Es la mejor época de la historia reciente?

-La más innovadora, probablemente; no sé si la mejor. Es muy difícil decir eso. Pero repetiría que fue más clara. Que se tenía una fe en la modernidad muy grande; en España estaba casi por estrenar y eso creó una edad de oro de la arquitectura española y, concretamente, de la asturiana; posteriormente las cosas fueron más complicadas.

- El arquitecto antes era un genio; ahora está al paro.

-En España en los 70 y los 80 se produjo una enseñanza más cualificada que antes y eso dio una generación de arquitectos de los 70, 80 y 90 muy cualificados y con reconocimiento internacional. Salieron muchos arquitectos buenos debido a la importancia y calidad de las escuelas. Eso generó años buenísimos. Y con un relieve en el propio país muy grande. Ahora uno va a una ciudad cualquiera y se encuentra obras interesantes, cosa que antes sólo había en las grandes ciudades.

- ¿Y luego?

-Ya en el nuevo siglo las cosas se han complicado de muchas maneras. Por un lado, la masificación de la profesión, demasiados arquitectos que, aunque sean buenos, están sin trabajo. Luego la crisis, la globalización, el funcionamiento del mundo. Un modo distinto de pensar, la desconfianza de la tradición moderna, que es un error tremendo; la tradición moderna durante el siglo XX es para mí lo mejor de la historia de la arquitectura y se está despreciando como si hubiera que inventar otra, lo cual es absurdo. Pero hubo una mentalidad de creer que había que iniciar una nueva época, y esa fantasía también fracasó. Si en España reunimos la masificación profesional, los problemas económicos y la creencia de que la arquitectura moderna se ha pasado de moda y que hay que inventar otra, se ha generado una época que se pude decir que es peor.

- ¿Qué ve ahora en Asturias?

-En Asturias, en Oviedo muchas de las cosas importantes son rehabilitaciones, la del Campoamor, la de la Diputación, la del Banco de España para el Gobierno regional. No hubo tanta fortuna en obra nueva, sí en particulares, pero no singulares. Los arquitectos ahora tienen mucho menos trabajo.

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