"El problema no es el Islam, sino la ignorancia del Islam". Así de claro se manifiesta Karen Armstrong, desde su domicilio en Londres, al valorar los pretendidos vínculos entre el credo religioso y el terrorismo yihadista. Una lacra que aún ayer dejó más de 90 víctimas en un atentado en Kabul (Afganistán), y que hace poco más de una semana dejó 22 víctimas mortales en un atentado en Manchester (Reino Unido).

La verdadera fuerza motora detrás de estos actos es, con frecuencia, la frustración, el aburrimiento, la ignorancia y el sentido de futilidad de la vida", sostiene la teóloga, que insiste en que "los expertos nos dicen que la motivación que hay detrás de un atentado terrorista siempre es fundamentalmente política".

"No sirve de nada culpar de todo a la religión", añade Armstrong, que incide en la importancia de profundizar en los estudios de religión para comprender mejor la naturaleza de los distintos credos, especialmente en un momento en el que el laicismo avanza en todo el continente europeo.

"En Europa tendemos a creer que hemos dejado atrás las religiones, y el Reino Unido es extremadamente secular, pero el resto del mundo no está de acuerdo. Por supuesto, (la religión) siempre ha sido esencial en el mundo musulmán y América (por los Estados Unidos) es un país extremadamente religioso", reflexiona la teóloga.

Ese europeocentrismo, a su juicio, es también par Armstrong un problema a la hora de comprender la naturaleza de los actos terroristas y sus implicaciones. En este sentido, la teóloga recuerda que dos días antes del atentado yihadista a la sala Bataclán y otros puntos de París, en noviembre de 2015 y que e saldó con 130 muertos, había perecido 44 libaneses en un atentado terrorista cometido por un suicida, registrado en Beirut. "Y mientras Occidente se solidarizaba con Francia, cantando 'La Marsellesa', nadie informaba de la muerte de esos libaneses, dando la impresión de que valoramos más unas vidas que otra", lamenta la teóloga británica.

El interés de la premio "Princesa de Asturias" de Ciencias Sociales por el estudio de la violencia vinculada a fenómenos religiosos, en todo caso, no viene de ahora. Ya en 1988, Armstrong publicó el estudio "Guerras Sagradas: Las cruzadas y su impacto en el mundo actual", abriendo una veta dentro de su trayectoria como investigadora en la que también se enmarcan estudios como "La batalla de Dios: Fundamentalismo en el Judaísmo, el Cristianismo y el Islam", publicado en 2000. En el año 2015 llegó a las estanterías españolas "Campos de sangre. La religión y la historia de la violencia", un ensayo en el que la teóloga recorre la historia analizando la vertiente religiosa de los principales conflictos que han asolado a la humanidad.

Mas en este viaje, la teóloga británica también recoge, destacándolos, los movimientos religiosos que se han opuesto a la guerra y han fomentado la igualdad y la reconciliación. Una postura que defiende de manera activa.