"Gran Hermano Revolution", la edición que iba a conseguir revitalizar el formato y alejar los fantasmas del año pasado, se ha hundido en sólo una semana. El reality show de más éxito en todo el mundo parece estar dando en España claras muestras de agotamiento. Lejos queda ya aquel "experimento sociológico" que cambió para siempre la historia de la televisión y abrió el camino de la telerrealidad.

Con la seguridad que da pensar que el hundimiento de "Gran Hermano" es imposible, Telecinco decidió forzar máquinas y estrenó el reality el martes para enfrentarlo a la gran apuesta de TVE, "Masterchef Celebrity". La cadena pagó caro el atrevimiento y obtuvo la gala inicial menos vista de la historia del programa, un 16,2% de share y poco más de 1.8 millones de espectadores (casi 700.000 personas menos que la del año pasado), dejando que el reality de cocina dominase la noche con holgura. El jueves, en su día habitual, llegó el segundo varapalo. La primera gala de nominaciones pasó a duras penas del 15% de share y sólo congregó a un millón y medio de espectadores ante el televisor. Unos datos que ya no dejan lugar a dudas: el barco se hunde.

Pese a los esfuerzos de Telecinco por vender la revolución del formato, los cambios no parecen suficientes. Dejando a un lado que este año el público es el que nomina y los concursantes los que expulsan, todo lo demás han sido trucos para impresionar a la audiencia. Los 100 concursantes que entraron el lunes a la casa de Guadalix de la Sierra no eran más que atrezzo para presentar a los 18 concursantes que "Gran Hermano" ya había seleccionado. El casting tampoco ayuda. Si el año pasado fue el momento de hacer cantera para "Mujeres, hombres y viceversa", este año la mayoría de concursantes parecen sacados de "¿Quién quiere casarse con mi hijo?.

Si a estos cambios le sumas el cabreo de los fans del programa por la eliminación del canal 24 horas (una herramienta fundamental para los verdaderos seguidores del reality) y le recuerdas a la gente que el presentador es Jorge Javier Vázquez y no Mercedes Mila, ya queda un poco más claro porqué la revolución se ha quedado en revuelta. Por cierto, para revuelta la que casi organizan los 80 participantes que se quedaron en plató eliminados. Entre gritos de "tongo" y abandonos, Jorge Javier Vázquez hizo uso de su habitual empatía y cercanía para recordar a los amotinados que podían acudir cuando quisieran a los tribunales. Menos mal que a Telecinco le queda "La Voz"...