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Siempre hacia adelante

Domingo de palmas

La ansiada conexión de Jony y un delantero rematador que Abelardo soñó

Domingo de palmas

Fue un domingo de alivio y de palmas, no sólo por jugar contra Las Palmas, sino también porque significó el reencuentro del equipo con la victoria y la comunión con la afición. Confiemos que sea, además, la resurrección de un Sporting que parecía haber perdido la fe en sí mismo, en sus posibilidades de crecimiento, de afianzarse en Primera con el sustento de sus virtudes y sin el pecado de sus defectos.

Fue un domingo de palmas para la pareja de la tarde. Jony y Sanabria se erigieron en el dúo de la redención ante El Molinón. Cuando ya se comenzaba a barruntar en la grada otro empate, con los canarios dueños del balón y del espacio, los palmeros de la noche sincronizaron movimientos y sonidos en jugadas eléctricas que provocaron la ovación del sportinguismo. Sanabria volvió a ser con su "hat trick" el delantero esperado y deseado de olfato y rematador del principio de temporada que tanto se echaba en falta, primero por su lesión y después por su carencia de gol. Jony, según sus propias declaraciones, cuajó ese partido redondo que sueña todo jugador en Primera.

La conexión Jony-Sanabria, como la que puede establecerse con otros jugadores, es sin duda la ansiada por Abelardo, pero no de ahora, porque el Pitu ya la dibujó en sus estrategias hace mucho tiempo, cuando todavía dirigía al Sporting B y miraba el juego del primer equipo, cuyo banquillo ocupaba por entonces José Ramón Sandoval.

Espero no desvelar una confidencia de sobremesa. Contó Abelardo que con Stefan -cepovic y Dejan Lekic como delanteros, sugirió a Sandoval subir al primer equipo a Jony, un prometedor extremo, rápido y habilidoso, capaz de surtir balones al área para que los delanteros se pusieran las botas y las cabezas rematando. El resultado lo conocen ustedes. Ni caso.

También fue el domingo de palmas para Ndi, que mientras tuvo fuelle demostró que es una pieza más que aprovechable en el equipo por todo lo bueno que aporta. Arrepentidos los quiere El Molinón, insisto. Y sin tener su particular ovación propiciada por un cambio, como fue el caso de Sanabria y Ndi, las palmas también son extensibles a Meré, ese viejo-joven central, y a la reconstituida defensa sin Lora y con Luis Hernández en su puesto. Una zaga que muestra alternativas por si el nacional futbolismo del señor Tebas persiste en dejar al club sin fichajes de invierno, a no ser que sean bielorusos con conocimientos de bable, buenos escanciadores, cojos y tuertos, como parece imponer como condición.

Las palmas llegaron gracias a Las Palmas, pero después de ese periodo que se hace eterno en el que el Sporting parace no jugar en El Molinón. Cede el campo, entrega la pelota, se arrincona y nos acojona. Como si le pesase la hinchada que les alienta. Será estrategia o incapacidad, no lo sé. Cierto que es un equipo joven, llámenlos yogurines o pitinos, que necesitan tiempo para cuajar, crecer y creerse lo buenos jugadores que son. En una temporada o dos, meterán pánico a los rivales. Mientras, habrá que empujarles con palmas.

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