El 3 de septiembre de 1989, Abelardo Fernández se encontró en la misma situación que varios de los jugadores que ahora dirige desde el banquillo del Sporting. Ese día, en la primera jornada de la Liga 1989-90, el "Pitu" debutó en Primera División nada menos que en el Santiago Bernabéu y frente al Madrid de la "Quinta del Buitre" que logró cinco ligas consecutivas. Sólo tenía 19 años y el técnico rojiblanco de entonces, Jesús Aranguren, le encomendó la vigilancia de una de las estrellas madridistas, Míchel, lo que le obligó a desenvolverse en una posición desconocida para él hasta entonces.
La carrera deportiva Abelardo Fernández Antuña (Gijón, 19 de abril de 1970) se aceleró repentinamente en aquel verano del 89. Apenas un año antes estaba jugando en el juvenil del Estudiantes, el club que le acogió tras su segunda salida de Mareo por la puerta de atrás. En la temporada de su regreso le bastaron un puñado de partidos en el filial para llamar a las puertas del primer equipo. El problema para Abelardo es que había excedente de centrales en la plantilla (Jiménez, Luis Sierra, José Luis Ablanedo, Tati y Kevin Moran). La suerte, que las lesiones de varios titulares obligaron a Aranguren a mirar para la cantera.
Las bajas se acumularon en el centro del campo y Abelardo no tuvo ningún reparo en dar un paso al frente. "En la pretemporada, Chuchi ya me había puesto varias veces de mediocentro", señala, al tiempo que precisa que él mismo había pasado por el quirófano para solucionar los problemas de osteopatía de pubis que le minaban desde hacía tiempo. "En aquella época era bastante frecuente esa lesión porque los campos eran barrizales y no hacíamos nada de gimnasio. Luis Enrique también tuvo que operarse esa temporada".
Abelardo no quiso hacerse ilusiones cuando Aranguren le probó en el equipo titular durante el partido de entrenamiento que le sirvió de banco de pruebas de cara a la visita al Santiago Bernabéu. Pero se confirmó el "once" formado por Isidro; Calleja, Kevin Moran, Jiménez, Tati; Emilio, Juanma, Eraña, Alcázar, Abelardo; y Villa. Es decir, un 4-5-1 plagado de marcajes individuales: Calleja con Gordillo, Kevin Moran con Hugo Sánchez, Tati con Butragueño, Alcázar con Martín Vázquez y Abelardo con Míchel.
"Mi primera convocatoria con el primer equipo fue en un partido de pretemporada en Jerez, pero claro, ir al Bernabéu no era lo mismo", señala Abelardo, que no tiene recuerdos muy nítidos de la víspera del partido: "Me acuerdo de que estaba en la habitación con Luis Enrique y supongo que me pondría algo nervioso. Lo normal antes de jugar en el Bernabéu y contra un Madrid que esa temporada ganó su quinta liga seguida. Además, en las últimas visitas el Sporting había recibido unas goleadas tremendas".
Abelardo, obediente, se situó en la parte izquierda de la medular para intentar frenar a Míchel, que a los cinco minutos puso por delante al Madrid. "Fue en una falta al borde del área", aclara el "Pitu" para precisar su responsabilidad. En el 26 llegó el 2-0, obra de Hugo Sánchez, y el Sporting se temió lo peor: "Tuvimos poco el balón porque el Madrid de aquella época era un equipo muy ofensivo, pero aguantamos bastante bien. No nos fuimos contentos porque perdimos, pero en el aspecto individual creo que cumplí". Aranguren le dio la enhorabuena, pero Abelardo no se hizo ilusiones: "Sabía que aquello era anecdótico, por las bajas".
Acertó porque volvió a jugar en el filial hasta que, con la destitución de Aranguren y la llegada al banquillo de Carlos García Cuervo, se convirtió en titular fijo y, además, en su puesto, el centro de la defensa: "El debut fue muy importante y la temporada siguiente fue espectacular por cómo jugó el equipo. Quedamos quintos y nos clasificamos para la Copa de la UEFA".
