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JOSU URIBE | Entrenador asturiano que la pasada campaña dirigió al Mensajero en Segunda B

"La salvación del Sporting es un éxito rotundo"

"Ahora hay que empezar a crecer, consolidarse en Primera y volver a ser el equipo de los ochenta"

Josu Uribe, ayer, en la redacción de LA NUEVA ESPAÑA de Gijón. MARCOS LEÓN

Josu Uribe (Gijón, 1969) acaba de conseguir la permanencia con el Mensajero en Segunda B tras firmar una gran segunda vuelta. Con una dilatada trayectoria entrenando al Lealtad, San Martín, Ribadesella, Avilés, Las Palmas, Getafe, Elche o Girona, Josu Uribe sigue con la misma filosofía de fútbol del primer día. "Me gustan que mis equipos sean agresivos e intensivos en el juego. Caminando y con la posesión de la pelota no gana nadie", resalta el técnico.

-Enhorabuena por su año en el Mensajero.

-Estoy muy contento. En una isla se magnífica todo. Cuando cogimos el equipo en la segunda jornada de la segunda vuelta tenía 14 puntos. Sabíamos que se necesitaba una segunda vuelta como de equipo de play-off para salvarnos. Canarias siempre me da muy buenas vibraciones. Allí empezó mi vida profesional en el fútbol.

-¿Ha sido una temporada dura?

-Muy exigente y muy difícil. Teníamos que restar once puntos al descenso. Es muy duro, no puedes fallar, porque a veces ganas y no te mueves. Hicimos un porrón de puntos y no salimos del descenso hasta faltando tres jornadas. Esos pasitos de hormiguita eran claves para acercarnos cada vez más a la permanencia. El comportamiento del equipo fue espectacular y eso se notó para conseguir salir al final.

-Sigue sin concretarse su renovación, ¿cree que seguirá?

-Es difícil. Depende de la familia. Tengo cosas en este ámbito que me condicionan mucho. Estoy encantado allí, pero tengo que pensar mucho las cosas. He tenido alguna oferta ya a la que he dicho que no y quiero estar muy seguro en los aspectos que me preocupan de mi vida familiar, que se hacen mucho más difíciles de llevar estando allí que en la península. Con el corazón ya hubiese dicho que sí a seguir, pero no es fácil la continuidad.

-Ha dirigido 16 equipos en 23 temporadas, desde que empezó con el Lealtad en 1993, ¿ha aprovechado el tiempo al máximo?

-Empecé muy joven. De todos he aprendido. Cometí errores en elección de clubes, como alguno en proceso concursal o cuando se murió mi padre, que no me encontraba en condiciones de entrenar, y que coincidió todo eso con mi época en el Alavés o el Hércules. Esos años debía haber parado un poco porque no estaba tan fuerte para entrenar.

-¿Se arrepiente de que no fructificase su fichaje por el Sporting?

-Hubo gente interesada que quiso hacer daño a mi figura. Cualquier equipo que me llame de Asturias, que es mi tierra futbolística junto a Canarias, lo valoraré siempre mucho. Cuando me llamó el Sporting coincidió con la muerte de mi padre y no me encontraba bien, y por el respeto que le tengo al Sporting pones freno a todo eso. Preferí estar mejor fuera de Asturias.

-¿Qué le ha parecido la temporada del Sporting? ¿Ha sido un milagro su permanencia en Primera?

-El Sporting tiene a su afición como gran aliciente. La última jornada fue muy difícil para mí, porque se juntaron el Sporting y el Getafe. Hubiese preferido que se salvasen los dos y bajado el Granada. Mi hijo me dio mucha caña con el Sporting esa semana. Que se lograse la permanencia, con todas las limitaciones que ha habido, es un éxito rotundo. Para el Sporting era muy importante salvarse este año. Descender hubiese sido un palo tremendo. Ahora hay que empezar a crecer, consolidarse en Primera, y volver a ser el Sporting de los años ochenta en el que ser octavo era un fracaso.

-¿Cómo ve el futuro del club rojiblanco?

-Bien. Abelardo comprende su historia. El patrimonio de la gente joven y la afición es espectacular. Es mucho más difícil mantenerse que ascender. Es factible volver a dejar la próxima temporada tres equipos de nuevo por debajo. El Sporting va tener más capacidad económica para fichar, pero tendrá que acertar. Se está ante una gran oportunidad de confeccionar un gran equipo.

-¿Cómo valora la situación del Avilés? ¿Cree que se están haciendo bien ahora las cosas con Tejero de nuevo al frente?

-Allí viví algo surrealista con Clakrson. Me quise ir, y no me dejó aludiendo a no sé qué cláusula. Me dio mucha pena que jugasen de esa manera con un club al que casi metemos en Segunda tras un grandísimo esfuerzo. Ahora es cierto que hay mucha más tranquilidad y estabilidad, pero el verano pasado el proyecto se hizo muy rápido y eso se pudo notar al final. Pero hay un excelente entrenador como Pablo Lago en una ciudad que respira fútbol, y que paso a paso llegará a la categoría que le corresponde que, como mínimo, es la Segunda B y que incluso pueda aspirar a Segunda. Tanto Caudal, como Langreo como Avilés deben estar al menos en Segunda B y aspirar a dar un tono mayor.

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