Madrid, Agencias

Un policía nacional fuera de servicio de 30 años salvó la vida de un hombre caído en las vías del metro de Madrid acudiendo a su rescate segundos antes de que la víctima fuera aplastado por un convoy, tal y como puede verse en el vídeo que grabó una de las cámaras de seguridad de la estación. Ángel, único dato que ha ofrecido el Cuerpo Nacional de Policía sobre el agente, aseguró que en la academia no enseñan a reaccionar de ese modo: «No piensas en nada, fue instintivo».

Ángel, que hace dos meses juró su cargo de Policía, se encontraba libre de servicio e iba con su novia a hacer unas compras navideñas cuando las voces de otros usuarios del metro le advirtieron de que un hombre había caído a las vías. Fue en la estación Puerta del Ángel donde la víctima cayó a las vías por causas desconocidas después de trastabillar.

El agente señaló que no se lo pensó dos veces cuando vio al hombre caído en la vía sin apariencia de poder levantarse: «Corrí desde el fondo del andén, me quité la cazadora y salté. Vi venir de frente al tren y le arrastré justo a tiempo». Todo ello en décimas de segundo, porque el convoy se aproximaba y, pese a las voces y gestos de otros usuarios del andén, no tuvo tiempo de detenerse y hubiera arrollado al hombre caído.

Ángel no perdió de vista la otra parte de la vía, para asegurarse de que no llegara otro convoy por el lado opuesto y, con la ayuda de los viajeros que estaban en el andén, izó al hombre caído antes de subir él mismo.

El agente admitió que no fue consciente del alcance de su gesto hasta que no vio las imágenes. «Tengo que sacarlo», era lo único que pensaba el agente que ha hecho sus prácticas en el distrito centro de Madrid. Y agregó que se metió en la Policía con la intención de «servir a los ciudadanos».

Ángel reconoció con una sonrisa que ayer se le estropeó el día libre, pero que valió la pena, y rechazó con modestia el calificativo de «héroe» antes de señalar que cuando subió al andén y comprobó que tanto él como el hombre caído estaban bien exclamó: «¡Uff!».