Gijón, P. T.

El gijonés barrio de El Llano se tiñó ayer de tragedia por la muerte de María del Rosario García Fuente, una vecina de 64 años que fue hallada en la cocina de su casa, en la calle Ceán Bermúdez, tras haber sido apuñalada en varias ocasiones con un cuchillo de cocina, que fue intervenido por la Policía. En el mismo piso se encontraba su esposo, de 66 años, que responde a las iniciales A. M. S., y que fue detenido por agentes de la Policía Nacional como presunto autor del homicidio. Éste presentaba heridas que supuestamente se provocó a sí mismo, por lo que fue trasladado al Hospital de Cabueñes, donde tuvo que ser intervenido quirúrgicamente de urgencia y donde permanece ingresado en la planta de cirugía con pronóstico reservado.

Fue uno de los dos hijos del matrimonio quien alertó a la Policía Nacional sobre las 10.20 horas, al no poder acceder a la vivienda de sus padres. El presunto homicida, A. M. S., estaba al otro lado de la puerta y había bloqueado la cerradura con sus llaves. Desde ahí pedía a su hijo que llamase a la Policía sin abrirle la puerta. Tras telefonear al 112, los agentes se presentaron en la vivienda, en el número 28 de la calle Ceán Bermúdez, donde, según informa la Policía, se encontraron al hijo del matrimonio «muy angustiado». Tras convencer a A. M. S. de que retirase las llaves de la cerradura, pudieron acceder al inmueble, donde hallaron en el suelo de la cocina el cuerpo sin vida de Rosario García Fuente -conocida en el vecindario como «Charo»- completamente ensangrentado y con varias heridas por arma blanca, una de ellas, en el cuello, causadas con un cuchillo de cocina.

Al instante, los agentes policiales, tras proceder a la detención de A. M. S., solicitaron de forma inmediata la presencia de los servicios sanitarios, ya que el presunto homicida se había autolesionado con el cuchillo en el cuello, tórax y costado. Fue bajado desde el cuarto piso del edificio en silla de ruedas, al no haber espacio para la camilla en las angostas escaleras del viejo inmueble. Posteriormente, fue trasladado de urgencia al Hospital de Cabueñes, donde precisó de una intervención quirúrgica.

La trágica noticia sorprendió ayer a los vecinos del matrimonio. Según algunos de ellos, sobre las 9 horas se escucharon ruidos «como de banquetas». «Por la mañana hubo la de mi macho, aunque no escuché que ella gritase», señala uno de ellos. «Pasadas las diez sentí cómo la Nacional picaba a la puerta de la vivienda y llamaba al hombre. A la señora la bajaron sobre la una, ya muerta», relata otra vecina. A esa hora se realizó el levantamiento del cadáver, tras la inspección ocular del escenario del crimen. Al cierre de esta edición se esperaba que se habilitara una sala en el tanatorio gijonés para la capilla ardiente de la fallecida.

El matrimonio tiene dos hijos gemelos y un nieto. «Coincidía con ella muchas veces paseando a su nieto. Era una vecina estupenda, muy maja y miraba mucho por sus hijos», cuenta una residente de la calle. Charo García, nacida en Gijón, era la segunda de cinco hermanos y durante años trabajó en el grupo Porcelanosa. Se crio con su familia en El Natahoyo, junto al Hogar de San José, donde su madre, que aún vive, limpiaba.

El presunto homicida, A. M. S., es jubilado de la mina, trabajo que ejerció en Alemania y, de vuelta a España, en la construcción. «El matrimonio no parecía raro ni aparentaba que pasase nada entre ellos, pero nunca se sabe», señala una vecina de la calle Ceán Bermúdez. De hecho, no existían denuncias anteriores por malos tratos ni por violencia machista, según confirmaron desde el Cuerpo Nacional de Policía. Sin embargo, A. M. S., al parecer sí tuvo algún roce ocasional con algún vecino. Los hechos los está investigando el Servicio de Atención a la Familia de la Policía Judicial, que tratará de esclarecer todos los detalles de la primera muerte por violencia sexista en 2012 en el Principado.