Nadie deja de mirar las olas con impotencia, con rabia, con dolor, con pena. Sigue desaparecido uno de los suyos, un candasín "de toda la vida", un marinero con artes de pesca desde niño: José Joaquín Cuervo Serrano, más conocido como Pepe "El Tornillos", de 53 años. Su embarcación, el "Denise y Joel", llegó el lunes, poco antes del anochecer, al puerto local, pero sin tripulante a bordo. El pesquero, de nueve metros de eslora, deambuló por el mar hasta encallar finalmente en la zona conocida como "La Buraca", cerca del cabo de San Antonio. Varios vecinos dieron la voz de alarma y sobre las diez de la noche comenzó la búsqueda. El marinero carreñense había salido a faenar primero con un compañero y después, en torno a las siete de la tarde, solo, tras dejar a su amigo en tierra al sufrir un mareo. La Guardia Civil, Salvamento Marítimo, Bomberos de Asturias, la Policía Local de Carreño y Cruz Roja prolongaron el operativo hasta la madrugada, pero sin éxito.

Tampoco hubo suerte ayer. A pesar de que el helicóptero "Helimer" y varias embarcaciones de Salvamento Marítimo rastrearon durante todo el día la costa del concejo, el cuerpo de "El Tornillos" todavía no ha sido localizado. Los buzos de los GEAS lo intentaron a primera hora de la mañana, pero tuvieron que suspender las inmersiones hasta hoy por el mal estado de la mar. Mientras, los candasinos siguieron, con gran conmoción, la búsqueda. Fueron muchos los que, tras conocer la triste noticia, se aproximaron hasta el dique del puerto. Todo el pueblo conocía a "El Tornillos".

"Era más popular que el Alcalde. Y yo, en particular, tenía mucho relación con él; era mi amigo. Es una pena estar aquí y no ver ni el cuerpo. El mar es para valientes. Y él lo era", dijo Zacarías de la Calle, que afirmó que la zona donde faenaba el candasín, muy próxima a la costa, es peligrosa. "Hay mucha roca y si hay algo de oleaje es fácil que se te vaya la lancha. Y eso fue lo que pasó. Ahora sabe Dios lo que vendrá", lamentó. "La cosa está muy mal", aseguró por su parte Sergio Serrano, "Antón, el Viesco", primo de la víctima. Aunque su corazón deseaba lo contrario, él se preparaba para lo peor. Pescador como su familiar, Serrano sabe bien lo maldita que a veces puede ser la mar. "Todo marinero es consciente de que ir sólo en un barco es un peligro, pero el hombre (Cuervo) era algo decidido y tenía claro que en la vida hay que comer. Y si el otro tripulante se pone malo, pues tienes que salir igual. Pero es un dolor... Ésa mar era la suya. Siempre estaba ahí pescando andaricas", se lamentó, con gesto triste.

A medida que iban pasando las horas y la noticia corría como la pólvora por el concejo, la expectación en el muelle local crecía. María Luisa Oviaño se acercó "para a ver si habían encontrado el cuerpo". "No sé nada, acabamos de llegar", añadió. Pero en realidad no había mucho que saber. La búsqueda continuaba en el mismo punto. Sin novedades, sin rastro del cuerpo. "La familia tiene que estar pasándolo fatal. Es muy triste que pase esto. Además, Pepe era una persona muy conocida", comentó Tino Muñiz.

José Joaquín Cuervo es padre de dos hijos y creció en el seno de una familia de marineros. Su padre, también Pepe, y su bisabuelo, Claudio, lo fueron. El accidente se cree que tuvo lugar cerca de las ocho de la tarde cuando el candasín colocaba las nasas del marisco. La mar estaba bastante revuelta y todo apunta a que fue una ola inesperada y traicionera la que le hizo caer al agua. No se supo más de él. El único rastro, su pesquero y los aparejos que aparecieron batiéndose entre las olas. Poco antes había sido visto por un grupo de vecinos. "Yo lo vi. Vi cómo salió y cómo al poco volvió a entrar para dejar a su compañero. Luego regresó al mar y yo me fui para casa", dice un candasín. "El mar no estaba tan mal, pegaba un poco de nordeste; el problema es la barca, que es de fibra y esas se mueven como nada. Son, como decimos los marineros, lanchas falsas", agrega.

No es la primera vez que la embarcación de Pepe "El Tornillos" se va a pique. En junio del pasado año, el candasín, ahora desaparecido, y otro tripulante tuvieron que ser rescatados por Salvamento Marítimo tras hundirse su barca "O mar" en la playa de Moniello (Gozón), también cuando intentaban capturar centollos y andaricas. Entonces, ambos marineros fueron trasladados al Hospital de Jove, en Gijón, al presentar síntomas de hipotermia. De aquella, Cuervo logró salir. De esta, nadie lo sabe. El naufragio del lunes en Candás es el cuarto que se produce este año en la costa asturiana con un balance de once tripulantes fallecidos y dos desaparecidos, al que se suma José Joaquín Cuervo.