Un avión ruso se estrelló ayer sobre la península del Sinaí con 224 personas a bordo -217 pasajeros y 7 miembros de la tripulación-. Todos ellos murieron en el acto, según confirmaron las autoridades egipcias. El Estado Islámico reivindicó a través de un comunicado la autoría del siniestro, pero el Gobierno de Rusia lo negó y apuntó como causa un error técnico. De hecho, detallaron que el piloto de la aeronave de la empresa Metrojet informó, minutos antes del fatal accidente, de un fallo en el sistema y anunció su intención de forzar un aterrizaje en el aeropuerto más cercano. Entre los fallecidos, hay 214 rusos (diecisiete son niños) y tres ucranianos. La noticia causó una enorme conmoción en Rusia, donde lloran desde ayer a sus víctimas.

El aparato Airbus 321 se estrelló 23 minutos después de despegar y según un primer análisis de los restos, no hay indicios de que se trate de un atentado. Al parecer, el avión se partió en dos en pleno vuelo. Una parte ardió y la otra se empotró contra una zona rocosa. Las autoridades egipcias trasladaron los cuerpos hasta El Cairo a la vez que un equipo médico etiquetó los cadáveres con números para empezar a tomar las muestras necesarias y facilitar su identificación. El primer ministro egipcio, Sherif Ismail, se encuentra en el aeropuerto de Kebrit, en la península del Sinaí, supervisando el traslado de las víctimas. En este sentido, el titular de Asuntos Exteriores egipcio, Sameh Shukri, aseguró que las autoridades egipcias están comprometidas en esclarecer todos los detalles del siniestro en "total cooperación y coordinación" con la parte rusa. Mientras, el grupo terrorista Wilayat Sina asegura que los soldados del califato derribaron el avión.