El exdiputado y exalcalde de Cudillero Francisco González, Kiko, no sale de una para meterse en otra. Ayer, una vez más, defendió su inocencia ante el magistrado después de que la Policía Local de Avilés le diera el alto por circular de forma irregular tras ingerir supuestamente bebidas alcohólicas. "No podía estar ebrio porque no, porque no bebo y tampoco forcejeé con los agentes de Avilés. Mi único error fue pedir que me realizaran la prueba de alcohol en sangre en el Hospital, pero no me llevaron", sentenció tras prestar declaración durante algo más de una hora. Se le imputaban sendos delitos de desobediencia y contra la seguridad vial. Aceptó finalmente medio año de cárcel (pena suspendida por carecer de antecedentes penales), una multa de unos 3.000 euros y un año de retirada del carné de conducir.

González ve en esta operación policial una caza de brujas. "Por alguna razón esta es otra labor para desacreditarme. ¿Cómo voy a beber alcohol si tomo pastillas para todo el telar que tengo encima? Vine a comer a Avilés con dos amigos y lo hice con agua, como mucho tomé una copa de vino. La policía siempre estuvo vigilándome hasta que cogí el coche", manifestó el exalcalde pixueto. Su peripecia en Avilés comenzó, como él mismo declaró, a las dos y cinco de la tarde cuando aparcó su coche en "zona azul", en el parque del Muelle. "Salimos de comer a las cinco y nos dirigíamos a tomar un café para despedirnos cuando me acordé del ticket del coche (de dos a cuatro de la tarde el estacionamiento es libre) y fui a pagar", explicó. González agregó: "Entonces me encontré la multa y el cepo, 75 y 90 euros en total. Con las mismas fui al cuartel de la Policía Local, en José Cueto, porque yo quería pagar una multa de tres o cuatro euros, no esas cantidades". Eran las seis de la tarde.

Tras abonar la sanción (75 euros por el cepo), González paró a tomar un chocolate en una confitería. "Me habían advertido de mano de que me iban a detener después por si iba bebido. Pero si llego a estar borracho, ¿iría a hacer esta reclamación? ¿por qué me dejaron coger el coche?", se preguntó.

Luego cogió su coche. Eran aproximadamente las nueve y media de la noche. "Giré a la izquierda, paré en un semáforo en rojo y veinte metros después me paró la policía. Ahí estaba la grúa y otro coche policial preparado... Estaba todo pensado. No forcejeé con nadie, solo preferí que me hicieran la prueba de alcohol en el hospital por garantía para mí", reiteró. Luego el exalcalde pixueto fue al cuartelillo, pero durmió en su casa. Ayer prestó declaración. Pese a su alegato de defensa, González aceptó la pena impuesta por el juez.

"No tengo nada más que decir. Lo siento, lo lamento. Un año sin carné imposibilita y más viviendo en Cudillero, y una multa de 3.000 euros en estos momentos creo que es bastante y todo cuando no hice nada. Se han pasado conmigo", concluyó Francisco González, que reconoció tener problemas de salud. Ayer mismo tenía cita con el cardiólogo. Francisco González volverá el próximo 15 de enero a sentarse en el banquillo en el Juzgado de Avilés. En esta ocasión por un delito de prevaricación administrativa, al tratar presuntamente de perjudicar al sargento de la Policía Local de Cudillero.