Miles de personas se manifestaron ayer en Atenas y en otras ciudades griegas para conmemorar el séptimo aniversario del asesinato por un policía del adolescente Alexis Grigorópulos. La marcha en la capital terminó con enfrentamientos entre un grupo de manifestantes y la Policía. Al cierre de esta edición había diez detenidos.

Unas 3.000 personas, según cifras policiales, marcharon desde el rectorado de la Universidad de Atenas hasta la cercana plaza de Syntagma, sede del Parlamento, en una manifestación organizada por la tarde, mientras unas 700, en su mayoría estudiantes, lo hicieron por la mañana.

Durante el recorrido de la marcha vespertina, un grupo de manifestantes lanzó piedras a los agentes, pero no fue hasta el final de la protesta y, sobre todo tras su disolución en el céntrico barrio de Exarjia, cuando se produjeron los incidentes.

Un grupo de varios centenares de jóvenes lanzó cócteles molotov y quemó algunos contenedores para construir pequeñas barricadas frente a los antidisturbios, que respondieron con gases lacrimógenos y bombas aturdidoras.

El Gobierno desplegó un amplio dispositivo de seguridad en las avenidas principales, que quedaron cerradas al tráfico, y movilizó a unos 5.000 policías para custodiar las dos marchas. Además, dos estaciones de metro situadas en el recorrido estuvieron cerradas durante su transcurso.

También ocurrieron incidentes menores al término de la manifestación celebrada en Salónica, la segunda ciudad del país, cuando un pequeño grupo lanzó cócteles molotov y la Policía respondió con granadas aturdidoras.

Exarjia, un barrio de tradición izquierdista y anarquista, fue el lugar donde un policía abatió en 2008 a Grigorópulos, de 15 años. Este crimen desencadenó una revuelta de miles de jóvenes que protagonizaron varios días de fuertes disturbios en todo el país, por lo que cada aniversario desemboca en enfrentamientos.