Caso Abierto - La Nueva España

Caso Abierto - La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Juicio por una trágica fiesta de Halloween

"Esto no se supera", dice el padre de la víctima asturiana del Madrid Arena

Ángel María Esteban, que vivió cinco años en Gijón, evita mirar a la cara a los acusados de la muerte de su hija en su declaración ante el tribunal

"Esto no se supera", dice el padre de la víctima asturiana del Madrid Arena FACEBOOK

Ángel María Esteban, el padre de la joven de origen gijonés Katia Esteban, fallecida en la tragedia del Madrid Arena, cumplió ayer un penoso deber, comparecer en el juicio que se viene celebrando en las últimas semanas a los responsables de aquellas muertes. Fue una prueba que le llenó de amargura, pero que, como reconoció ayer a LA NUEVA ESPAÑA, no podía eludir, al habérselo recomendado su abogado. "Todo te recuerda lo que ocurrió y más al tener que declarar en el juicio, te lo vuelven a recordar", aseguró un hombre que, contraviniendo su deseo de dejar los sentimientos a resguardo, de no permitir un resquicio al "morbo", resumió cómo ha sido su vida desde la muerte de su hija. "Más que preguntar cómo llevo la vida después de aquello, sería más acertado preguntar cómo va uno arrastrándose. Esto no se supera, es una herida que no cierra", aseguró.

Al entrar en la sala del juicio evitó mirar a la cara a los acusados por la muerte de su hija y de otras cuatro jóvenes más. Su declaración fue breve. Admitió ante el tribunal que estaba a tratamiento desde lo ocurrido. Y prefirió no contestar cuando el fiscal le preguntó si estaba conforme con la pena que solicitaba para los acusados: "Eso me lo reservo", dijo. "Lo único que quiero es que se haga justicia, no mezclo los sentimientos. Es difícil de explicar. Ésta es la ley que tenemos y hay que cumplirla", aseguró a LA NUEVA ESPAÑA. En alguna ocasión, los familiares se han mostrado indignados por el hecho de que no se piden más que cuatro años de prisión para los principales acusados.

Ángel María Esteban escuchó la declaración de una amiga de Katia, Carmen Rodríguez, que explicó algunos pormenores de aquella noche. "Fuimos las primeras en caer, no me podían sacar, tenía la pierna en el suelo y una masa de gente encima", dijo. "Había una masificación de gente increíble, no se podía estar en ese lugar", añadió. "Al escuchar esto, daba vergüenza", aseguró este padre, que vivió cinco años en Gijón, y que no ha vuelto a la tierra de su esposa, fallecida -no así su hija Tania, que va a ver a sus abuelos-, aunque reconoce que "es una tierra maravillosa".

Compartir el artículo

stats