"No recuerdo nada. No sé lo que pasó. Yo no iba rápido: lo prueba que el airbag no saltó. Estoy muy apenado por lo ocurrido". Lo dice el conductor francés que ayer arrolló, pasadas las tres y media de la tarde, a cinco personas de una misma familia que regresaba caminando del Real Sitio de Covadonga. El vehículo, un Audi A4 de color oscuro con matrícula francesa DY768KX, invadió la acera a la altura del Repelao por causas que se desconocen. Se llevó por delante a una familia de Móstoles. El resultado, cinco heridos, entre ellos un bebé de nueve meses, aunque este último con carácter leve. El conductor fue detenido por la Guardia Civil por imprudencia. No dio positivo en la prueba de alcoholemia.

"No lo vimos venir. El coche se fue directo a los que estaban en el medio del grupo", aseguró el padre de la familia. Él y su mujer no necesitaron asistencia médica ya que se encontraban, respectivamente, a la cabeza y en la retaguardia de la comitiva. Quienes sí precisaron atención sanitaria fueron sus dos hijas, su yerno -que llevaba a un bebé de nueve meses- y una amiga de la familia, que resultó ser la más perjudicada. Esta mujer, de 31 años y que responde a las iniciales B.R.L, tuvo que ser trasladada en helicóptero medicalizado hasta el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), con una pierna seccionada. Fue necesaria la intervención de los Bomberos para su excarcelación de debajo del vehículo y su estado revestía gravedad.

El resto de los afectados acudieron en ambulancias al hospital de Arriondas. Al cierre de esta edición sólo dos de ellos permanecían ingresadas en el hospital comarcal: el padre del bebé, en observación por un golpe en la cabeza y la tía del niño, que fue intervenida a primera hora de la noche con éxito por una lesión en una pierna. "La mochila portabebé protegió al niño; si no, no sabemos qué hubiera pasado", contaban los abuelos sin dar aún crédito a lo sucedido.

Ayer nadie se explicaba cómo pudo ocurrir el accidente, en un tramo de la vía AS-262 amplio, con una acera ancha por la que a diario transitan desde Cangas de Onís hasta la Basílica centenares de turistas. Las primeras hipótesis apuntaban a que el atropello se produjo después de que el conductor intentara esquivar a un perro en la vía, algo que él mismo desmintió. "No había animales. No sé que pudo pasar", repetía.

El conductor estaba acompañado por su esposa, que permaneció la mayor parte del tiempo en el interior del coche revisando documentos. Ella tampoco encontraba explicación a lo sucedido. "Íbamos suave", puntualizó. Las pruebas tampoco detectaron en el conductor niveles no permitidos de alcohol, que aun así fue detenido por imprudencia mientras se esclarecen los hechos.

Varios médicos y enfermeras que se encontraban en un restaurante cercano fueron los primeros en prestar ayuda a los atropellados, alertados por los testigos del suceso. "Nos avisaron varios caminantes de que un coche se había subido a la acera y se había llevado a gente por delante. "No es una zona peligrosa, nunca ha habido problemas aquí. Tampoco llovía ni el suelo estaba mojado. Lo más probable es que se haya dormido o haya tenido un pequeño despiste al volante", aventuraban los vecinos.

El suceso, que tuvo lugar nada más pasar la rotonda de El Repelao en dirección a Covadonga, obligó a cortar la carretera AS-262 al tráfico por uno de sus carriles durante más de dos horas, provocando considerables retenciones. En las tareas de rescate participaron agentes de la policía local de Cangas de Onís, del Grupo de Montaña de la Guardia Civil, de atestados de Gijón y del cuartel de Ribadesella, además del helicóptero, ambulancias y personal sanitario.

La zona del accidente es una de las más transitadas por los visitantes al ubicarse allí el último de los aparcamientos del Plan de Transporte a los Lagos y un punto de venta de billetes para coger el autobús al enclave.