Varios mineros sudafricanos se encuentran atrapados en una mina de oro abandonada del oeste de Johannesburgo. Trece de sus compañeros, trabajadores clandestinos, lograron salvar su vida y escapar de la Policía, tras cinco días de angustia bajo tierra. Los mineros bajan a los pozos inactivos para extraer oro con nulas medidas de seguridad y venderlo en el mercado negro.