La Fiscalía solicita penas que suman 99 años y medio de prisión y multas por importe de tres millones para los doce implicados en la trama de tráfico de cocaína desarticulada el 11 de octubre del año pasado cuando realizaba un "pase" de siete kilos de droga en la localidad mierense de Carraspientes. En la trama están implicados, entre otros, el empresario arosano Francisco Javier Meis y otros conocidos traficantes, como el excabo de la Armada Javier González Bouzada, condenado a seis años en 2011 por un alijo de cinco kilos de coca.

Según la Fiscalía, la red introducía grandes cantidades de cocaína en Asturias desde Galicia y Madrid. Antes de caer en Carraspientes, habían realizado al menos otros dos intercambios. La Guardia Civil ha rastreado además varios viajes a Leganés (Madrid), donde la red se aprovisionaba de cocaína, para venderla luego en Asturias, sobre todo en Mieres y Lena.

Las investigaciones se iniciaron en febrero de 2015, cuando J. A. P. F., vecino de Carraspientes, fue sorprendido en un control en la Autovía de La Plata (A-66), a la altura de Mieres, con 2.500 euros, tres móviles, seis mandos a distancia y armas blancas con restos de polvo blanco y marrón. Los agentes de la Guardia Civil comenzaron a seguirle y comprobaron que se abastecía de cocaína a través del colombiano J. A. M. R., vecino de Oviedo, quien viajaba junto al mierense a Leganés, con I. V. B. El mierense contactó con un grupo de narcos gallegos, entre los que estaban Meis y González Bouzada.

A la Guardia Civil le constan al menos tres intercambios entre los gallegos y el mierense. Uno se realizó el 17 de julio de 2015. Otro, el 10 de septiembre. En ambos habría participado el citado empresario y el mierense, éste como lanzadera, al menos en uno de los viajes. El tercer y último intercambio fue el 11 de octubre de 2015, día en el que cayó la red. La Guardia Civil sorprendió a cuatro de los narcos en dos vehículos, uno de los cuales tenía un doble fondo o caleta, en el que iban alojados los siete kilos de coca. Uno iba destinado al gijonés S. G. L., quien había negociado con Bouzada. De esta forma, los narcos aprovechaban el viaje para servir a dos clientes. En la operación cayeron varios traficantes que ayudaban a J. A. P. F. a vender.

Los acusados -defendidos entre otros por Francisco Miranda, José Carlos Botas y José Manuel Fernández González- afrontan penas de entre trece (el mierense que compraba la droga) y tres años.