Al grito de "El campeón volvió", decenas de miles de personas despidieron ayer a las víctimas del accidente aéreo de Colombia en el Arena Condá, el estadio del Chapecoense, el modesto equipo brasileño que se convirtió en un ejemplo de superación y cuya tragedia ha sacudido al país.

Los restos mortales de 50 de las 71 víctimas del accidente ocurrido el 28 de noviembre habían llegado a primera hora al aeropuerto de Chapecó (sur de Brasil), donde fueron recibidos con honores militares en una breve ceremonia encabezada por el presidente, Michel Temer.

El Gobierno de La Paz negó cualquier relación con el director general de Lamia, la empresa boliviana que operaba el vuelo chárter que se estrelló en Colombia.