"Nos tuvo dando vueltas por el monte, decía que no se orientaba, que necesitaba encontrar unos pinos. Al final nos señaló donde estaba el cuerpo. Solo entonces se le vio un poco más afectado", ha declarado esta mañana en la Audiencia de León uno de los agentes que acompañó a Miguel Ángel Muñoz Blas al lugar donde se deshizo del cuerpo de la peregrina Denise Pikka Thiem. Esta mañana ha continuado la declaración de los agentes, incluido el que instruyó la denuncia de la peregrina alemana Josefine Elisa F., de 26 años, en septiembre de 2014. Josefine también se desorientó por las señales dejadas por Muñoz Blas. Alguien de su misma estatura y complexión saltó sobre ella y le dio una descarga con una pistola eléctrica, pero ella pudo librarse de él dándole una patada en los genitales. Un agente que acompañó a la joven hasta la finca de Muñoz Blas, unas horas más tarde, aseguró que se había puesto muy nervioso, pero la peregrina alemana no pudo identificarle, ya que cuando fue atacada el hombre llevaba un pasamontañas. Aunque Muñoz Blas fue detenido en aquella ocasión, se archivó la denuncia al no encontrarse pruebas contra él. Meses después haría, ya más experimentado, haría desaparecer a Denise Pikka Thiem. Esta mañana ha salido a colación otro ataque a una peregrina china, en mayo de 2014.

El caso es que la Policia ya estuvo en casa de Muñoz Blas poco después de la desaparición de la peregrina norteamericana. Esta mañana han declarado varios agentes que participaron en la inspección, voluntaria, de la finca. "Estuvo tranquilo en todo momento", han dicho los policías astorganos. Ya cuando había más indicios de que Muñoz Blas pudiese haber matado a la peregrina, volvieron a entrar en la vivienda y se encontraron con que había retirado las placas de la casa y el inodoro. También la pintó de otro color. Hoy no queda gran cosa de la casa, destruida por un incendio.

Hoy declararan la exmujer de Muñoz Blas, su padre y varios testigos, entre ellos la empleada bancaria que cambió unos 1.300 dólares al acusado unos días después de la desaparición de la peregrina. Era el dinero que le había robado tras asesinarla.