Un tribunal rumano se ha negado a reconocer que Constantin Reliu, un hombre de 63 años al que dieron por muerto en 2016, sigue vivo, y eso que se presentó en el tribunal para corroborarlo. En 1992 se fue a trabajar a Turquía y dejó de tener contacto con su mujer hace cinco años, por lo que ésta instó la declaración de defunción.